Este blog también está disponible en inglés.
Caminante, no hay camino
Se hace camino al andar
Antonio Machado
Uno de los elementos más invaluables y que hace de GFC una organización única, es la manera en que identificamos y visitamos por primera vez a las organizaciones comunitarias y de base que se convertirán en nuestros futuros socios. En este blog, Rodrigo Barraza García explica el modelo de GFC.
Nuestro modelo de scouting (“exploración”) dice mucho de quienes somos, y es el primer paso en nuestra búsqueda por transformar el poder y promover el bienestar integral de las niñeces y juventudes. Es una oportunidad invaluable para el reconocimiento mutuo, el establecimiento de objetivos comunes y la generación de confianza. Es lo que nos permite caminar junto a nuestros socios.
Pero… ¿Cómo lo hacemos?
I. La búsqueda: “hacemos la tarea nosotrxs mismxs”
En GFC, reconocemos que el proceso tradicional de solicitud de subvenciones con sus trámites demasiado técnicos y complicados, barreras idiomáticas (muchas solicitudes se encuentran únicamente en inglés) y requisitos permanentes de conectividad impide que los donantes reconozcan el potencial de muchas organizaciones increíbles que se merecen una oportunidad.
GFC, en cambio, apuesta por la comunicación y la confianza. Gracias a los profundos vínculos que cultivamos con nuestros socios, donantes internacionales y otros actores locales, estamos siempre en búsqueda de recomendaciones e historias inspiradoras.
En el terreno, mantenemos siempre los ojos y los oídos muy abiertos. Y dedicamos gran parte de nuestros esfuerzos a escuchar y a promover el diálogo con posibles aliados.
Vemos. Escuchamos. Aprendemos.
Hacemos la tarea nosotrxs mismxs.
La creatividad, el coraje, el impacto comunitario y la promoción continua del liderazgo de niñas, niños y jóvenes son los criterios que más valoramos. Las capacidades técnicas y/o organizacionales siempre pueden mejorarse, pero estos 4 elementos, no tan fáciles de encontrar, son para nosotros garantía de éxito. Es lo que nos alimenta y emociona.
Honrando estos principios, encontramos a organizaciones como la Red de Jóvenes Artistas por la Justicia Social, una red que agrupa a más de 300 jóvenes y trabaja en 6 Departamentos de Guatemala. Al no contar con su registro legal, les había sido imposible acceder a fondos internacionales estables.
Sin embargo, otras organizaciones socias de GFC trabajando en Guatemala comenzaron a hablarnos de ellxs. “Deberían visitarles, nos dijeron. Son jóvenes que realmente están generando un impacto en sus comunidades. No tienen miedo de alzar la voz.”
Un breve vistazo a sus redes sociales bastó para convencernos de acercarnos a ellxs. Creatividad por todos lados. Dibujo, teatro y hip-hop para hablar de equidad de género, derechos humanos y protección del medio ambiente. El arte como creación, expresión e incidencia juvenil.
Después de un primer encuentro virtual de reconocimiento, era hora de conocerles en persona.
2. La visita: “por aire, por tierra y por mar”
El equipo de GFC no tiene miedo de viajar a los lugares más inhóspitos y alejados para encontrar a nuestros futuros socios.
Tomar aviones, dormir en buses, viajar a caballo, en motocicleta y hasta en lancha… todo lo hacemos por conocer apuestas comunitarias y organizaciones que, aún con muy pocos recursos y escasa visibilidad, están cambiando el mundo.
Nos reunimos en cafeterías, garajes, plazas públicas, espacios abiertos. Dónde las organizaciones quieran, y puedan reunirse. Y eso cambia el juego.
Las organizaciones saben que estamos aquí por ellxs. Dispuestxs a conocerles. Dispuestxs a escucharles. No para pedirles que hagan lo que nosotrxs creemos que es importante, sino para apoyarles siempre bajo sus propios términos.
El interés y el respeto generan confianza.
Tomando café, con el equipo de Jóvenes Artistas por la Justicia Social en una plaza en la ciudad de Guatemala, Kimberly Barrios, la coordinadora del área metropolitana, me explicaba así cuál es la esencia de su organización:
“Somos todos jóvenes y somos voluntarixs. Porque queremos que se escuche nuestra voz y se respeten nuestras ideas. No queremos que nos utilicen o que nos digan que debemos hacer. Queremos que confíen en nosotros, porque creemos que cada joven que busque mejorar su vida y la de su comunidad es un artista, y merece ser escuchado. No vamos a cambiar lo que somos y lo que creemos solo para recibir fondos. Para nosotros es más importante ser fieles a lo que somos.”
Música para nuestros oídos.
Después explicaron su proyecto de hacer teatro con autoridades locales, no para presentarles una obra terminada y conocer su opinión, sino integrándoles en el proceso creativo para motivar la reflexión y el diálogo intergeneracional. Para que, al menos por un momento, sintieran “en carne viva” lo que siente un joven todos los días.
La emoción y el amor con el que explicaban su trabajo fue contagiosa. Desde GFC, pensamos que era un privilegio el poder apoyarles.
3. El reconocimiento: “todxs aprendemos, todxs enseñamxs”
Lo que en muchas ocasiones resulta más difícil de explicar es nuestro modelo de trabajo. “Es demasiado bueno para ser verdad” es lo que a menudo escuchamos de nuestros socios.
La flexibilidad y el respeto ante todo. Apoyamos organizaciones, no proyectos. Crecimiento y desarrollo y no actividades dispersas. Honramos los errores, los cambios de opinión, las ideas arriesgadas.
Por eso nuestros apoyos son flexibles y multianuales. Por eso el monitoreo y evaluación es participativo.
Trabajamos para ir eliminando dinámicas de poder profundamente arraigadas. El hecho de que las organizaciones crean que tienen que pedirnos permiso para las decisiones que toman.
¿Podemos utilizar el dinero en esto? ¿podemos hacer cambios al presupuesto? ¿podemos ajustar nuestra estrategia?
La respuesta es siempre la misma: es su decisión. Lxs expertxs son ustedes.
Esto no impide el diálogo y el aprendizaje. Nos encanta retar a nuestros socios. Hacerles preguntas. Incomodarlos. Aquí todxs aprendemos y todxs enseñamos.
Así lo expresan los jóvenes de la Red de Jóvenes Artistas: “Ustedes son diferentes. Hemos tenido que decir que no a algunos posibles apoyos porque sentíamos que eran un montón de adultos diciéndonos como hacer nuestro trabajo. Y ustedes escuchan y confían en nosotrxs. Eso nos motiva a crecer y a demostrar que todavía podemos hacer mucho más por nuestras comunidades.”
Todos los días, somos muy afortunados de observar como nuestro modelo cambia vidas, y mejora programas e iniciativas. Todos los días, aprendemos de los valientes esfuerzos de las organizaciones que apoyamos.
Hacemos camino al andar.
Primera foto: El autor visitando Kimberly Barrios y Anthony Gomez, miembros de la Red de Jóvenes Artistas por la Justicia Social, en la Ciudad de Guatemala. © GFC
