Estas cifras incluyen a 26 millones de personas refugiadas, es decir, personas que han tenido que huir de sus países debido a que vidas, su seguridad, su integridad y su libertad estaban en peligro. En total, una de cada 97 personas en el planeta se ha visto obligada a huir de su hogar, según el informe anual de Tendencias Globales del ACNUR.
El cuarenta por ciento de la población desplazada —aproximadamente 30 millones— son niñas y niños menores de 18 años. En situaciones de crisis y desplazamiento, las niñas, los niños y los jóvenes corren el riesgo de sufrir diversas formas de abuso, separación familiar, negligencia, violencia y explotación.
De acuerdo con el ACNUR: “Incluso antes de que la pandemia de coronavirus cerrara las escuelas en todo el mundo, interrumpiendo la educación de casi 1.600 millones de estudiantes (UNICEF) las aulas estaban cerradas para millones de niños desplazados. Menos de la mitad de las niñas y niños refugiados en edad escolar estaban inscritos en el sistema educativo, mientras que solo uno de cada cuatro asistía a la escuela secundaria ”.
La niñez migrante y refugiada enfrenta numerosas amenazas a sus derechos y bienestar: la pérdida de sus hogares, la imposibilidad de acceder a los servicios básicos y la necesidad de asumir responsabilidades de adultos demasiado pronto. A pesar de la violencia y los desafíos que experimentan cotidianamente, siguen resistiendo, generando propuestas de cambio y buscando espacios para ser escuchados.
En GFC, hemos tenido la oportunidad de hablar con niños migrantes y refugiados y escuchar sus historias de amor, coraje y resistencia.
Durante la reunión transnacional de juventudes migrantes, organizada por nuestro socio Voces Mesoamericanas Acción con Pueblos Migrantes en Chiapas, México, en diciembre de 2019, escuchamos la historia de H., un joven hondureño que escapó de la violencia en su país para convertirse en músico de hip-hop. Ahora enseña a otros jóvenes inmigrantes a rapear por sus derechos. H. canta:
“Me he sentado en las aceras mi barrio y veo constante pasar los sueños a diario
“De niños, niñas, personas, ancianos y amistades que se desvanecen con el tiempo, el vecindario
“He visto a mucho joven jugando al fútbol y con el sueño en sus manos de ser un futbolista
“He visto a mucha joven jugando a ser doctora y con el sueño en sus manos convertirse en especialista
“He visto a tantos luchando en el transcurso del tiempo, unos inmigrando a causa del sufrimiento”.
Durante nuestro encuentro “Géneros, Infancias y Juventudes en Movimiento”, una reunión regional celebrada en Tijuana, México en febrero de 2020, escuchamos la historia de P., una mujer indígena tzotzil que huyó de su comunidad para evitar el matrimonio forzado y luchar por su sueño de estudiar. P. nos compartió:
“Prefiero perder la vida, antes que perder mi libertad, y si para ser libre tengo que dejar mi casa, que así sea. Estoy dispuesta a pagar el precio”.
También conocimos a K., una joven salvadoreña que vino a México para escapar de la violencia, estudiar una carrera y apoyar a su familia. Actualmente, trabaja para una organización que defiende los derechos humanos de las comunidades de migrantes y refugiados. Ella compartió:
“Yo, desde Tijuana, estoy cambiando el mundo ayudando a las personas a poder cruzar y lograr su objetivo en Estados Unidos”.
Estamos muy agradecidos de trabajar con organizaciones valientes que escuchan y colaboran hombro con hombro con la niñez y juventud migrante y refugiada. Sus historias de lucha y esperanza nos inspiran a seguir trabajando por un mundo de puertas abiertas que derribe los muros de la ignorancia y la intolerancia.
Con música, baile, risas, trabajo, diálogo, perseverancia, la niñez migrante y refugiada ya está cambiando el mundo.
Le invitamos a unirse al cambio:
Obtenga más información sobre nuestra iniciativa de Niñas y Adolescentes Migrantes, y conozca otras maneras de participar.
Apoye el Fondo Global para la Niñez: Su donación ayuda a proporcionar fondos flexibles, apoyo en el desarrollo de capacidades y fortalecimiento de redes colaborativas a organizaciones de base que trabajan con niñas, niños y jóvenes de todo el mundo. Esto incluye a los socios de GFC en los Estados Unidos, México y Guatemala que acompañan a las infancias y juventudes migrantes y refugiadas.
Apoye a las niñas, niños y familias migrantes y refugiadas en su comunidad: Puede ofrecer ayuda, amistad, apoyo y aliento a las personas migrantes y refugiadas en su propia comunidad. Muestre a las familias migrantes que son bienvenidas, escuche e intente aprender de ellas.
Manténgase informado y llame a los representantes de su gobierno: Manténgase informado sobre las políticas migratorias en su país y en la región, así como sus implicaciones para la niñez migrantes y refugiada. Llame a sus representantes locales, estatales y / o nacionales para informarles que es importante proteger los derechos de las niñas y niños migrantes en todo momento.
Sus acciones pueden ayudar a cambiar la vida de los niños migrantes y refugiados desplazados por la violencia, la persecución y las violaciones de los derechos humanos.
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