Safety and wellbeing
Gender justice, Safety and wellbeing, Youth power
Apoyando a adolescentes migrantes en México para que “se apropien del espacio ” y persigan sus sueños
Nota del editor: Esta publicación también está disponible en inglés.
Colectiva MAPAS, un socio del Fondo Global Para la Niñez (o GFC), ofrece una escuelita feminista, campamentas y talleres a las niñas y adolescentes de las comunidades de jornaleras agrícolas migrantes P’urhépecha, proporcionándoles espacios seguros para que establezcan conexiones y se reconozcan como agentes de cambio.
Colectiva MAPAS es parte de la iniciativa Chicas Experimentando Migración de GFC, la cual es apoyada por Tides Foundation y Comic Relief US.
Las adolescentes de las comunidades de jornaleras agrícolas indígenas P’urhépecha del estado mexicano de Michoacán se enfrentan a muchos retos.
Durante la temporada de la cosecha de jitomate u otro cultivo, viajan con sus familias a zonas agrícolas, donde pasan meses lejos de las redes de apoyo de sus pueblos de origen y a menudo sufren racismo. Esta migración estacional afecta su capacidad para acceder y permanecer en el sistema educativo porque el gobierno mexicano puso fin recientemente a un programa que permitía a los niños y niñas migrantes transferir sus calificaciones entre escuelas cuando se trasladaban. Algunas familias P’urhépecha también han sido afectadas por la violencia que los grupos del crimen organizado ejercen en Michoacán.
En la búsqueda de acompañar las necesidades y sueños de las adolescentes de las comunidades de jornaleras agrícolas P’urhépechas, Sofía Blanco y Liz Limón Ahumada fundaron Colectiva MAPAS en 2018. Anteriormente habían trabajado con estas comunidades en otra organización, pero querían crear una colectiva feminista que pusiera a las niñas en el centro de su trabajo.
Colectiva MAPAS, que forma parte de la iniciativa Girls Experiencing Migration de GFC, ofrece talleres, campamentas y otras actividades para apoyar y acompañar a las adolescentes migrantes. La colectiva crea espacios seguros donde las adolescentes pueden hablar sobre sus identidades indígenas, rurales, menstruación, salud sexual y reproductiva, los derechos de las niñas y sus sueños y metas para el futuro. Cuando las niñas emigran a regiones agrícolas con sus familias, las integrantes de la colectiva viajan a esas zonas para poder seguir prestándoles apoyo.
Uno de los programas de Colectiva MAPAS es una escuela feminista que ofrece talleres y conversaciones sobre temas como la autodefensa feminista, la menstruación y los límites del espacio personal. La escuela también ayuda a las adolescentes a organizar festivales, o lo que Colectiva MAPAS llama festivalas, en los que pueden relacionarse entre ellas y participar en actividades creativas como bailes y proyectos artísticos.
“Esta escuelita feminista fue muy poderosa porque muchas niñas se reconocieron no solamente como actoras de cambio, sino como parte también de la incidencia política de sus escuelas”, explicó Sofía. Después de participar en la escuela feminista, las adolescentes han abogado, por ejemplo, por equipos de fútbol femenino en sus escuelas y por el permiso para llevar pantalones, en lugar de faldas, a clase.
Las “Campamentas para niñas y adolescentes rebeldes” de Colectiva MAPAS ofrecen otro espacio donde las adolescentes, incluidas las sobrevivientes de agresiones sexuales y otros tipos de violencia, pueden participar en talleres y actividades creativas mientras comparten sus ideas y establecen nuevas amistades.
“Este es un espacio que busca hacer un huequito para que distintas niñas siguen desobedeciendo y construyendo espacio para sus sueños y sus conversaciones les parezcan importantes”, dijo Liz.
Los campamentos y otras actividades de Colectiva MAPAS también proporcionan lo que Sofía describió como “un espacio de escucha” para que las adolescentes que forman parte de la comunidad LGBTQ+ puedan hablar de sus preguntas e inquietudes con adultas aliadas. “Estamos abriendo estos espacios para el diálogo no desde el estigma, sino justamente desde un lugar de apertura “, afirmó.
Fuera de los campamentos y la escuela feminista, Colectiva MAPAS también ha organizado otros talleres sobre diversos temas, como matemáticas y escritura, para compartir otras herramientas a las adolescentes que puedan servirles en la escuela.
“Estos talleres también son una manera de abrir la conversación con las niñas y adolescentas”, explica Celina Manuel, una de las integrantes del colectivo. “Ya con el paso del tiempo, pues ya empieza a haber más confianza, y ya nos empiecen a contar más cosas: cuáles son sus inquietudes, qué les preocupa, qué les emociona también.”
La colectiva también ha ayudado a las niñas y adolescentes a trazar un mapa de las zonas donde viven y estudian para identificar los lugares donde se sienten seguras e inseguras. Juntas, idean estrategias para evitar las zonas peligrosas o, si las niñas y adolescentes tienen que pasar por ellas durante sus rutinas diarias, estrategias para mantenerse a salvo, como viajar con una amiga. Colectiva MAPAS también apoya a las familias de las víctimas del feminicidio y ayuda a las adolescentes a acceder al sistema judicial.
Sofía, Liz, Victoria y Celina dijeron que una de las mejores partes de su trabajo es ver cómo las niñas y adolescentes persiguen sus sueños y asumen roles de liderazgo.
“Ir viendo como algunas por los talleres que hemos tenido han reforzado estar en la escuela o pensar en la menstruación desde otro lugar o defenderse también en los espacios donde están”, dijo Sofía. “Y también se siente maravilloso cuando se apropian del espacio y dicen: ‘Con permiso, vamos a hacer mejor esto’”.
Primera foto: Un taller con Colectiva MAPAS en Michoacan, México. © GFC