Gender justice

Retratos de una masculinidad positiva: los jóvenes hablan


By Rodrigo Barraza García

Nota del editor: Esta publicación también está disponible en inglés.

Durante casi una década, el Fondo Mundial para la Infancia ha trabajado para promover conceptos de masculinidad positiva entre niños y hombres jóvenes de las Américas. En este blog, cinco jóvenes de la región reflexionan sobre el impacto de practicar masculinidades saludables en sus vidas.

Por casi 10 años, y gracias al apoyo de aliados comprometidos como la Fundación Summit y el Fondo Kendeda, GFC ha realizado importantes esfuerzos de promoción de masculinidades sanas para la justicia de género en la región de las Américas.

El camino ha estado lleno de retos, aprendizajes, y avances. Tan solo en los últimos dos años, más de 15,000 niños y hombres jóvenes han sido directamente beneficiados y han participado en actividades de promoción de la equidad de género en países como Honduras, Guatemala, Nicaragua y México, utilizando el arte, el juego y la creación colectiva como herramientas de expresión y de incidencia.

Los resultados y los impactos de este trabajo son profundos y duraderos. Niños y hombres jóvenes aprenden nuevas prácticas de cuidado, expanden sus rangos de expresión emocional y establecen nuevos vínculos basados en la corresponsabilidad y el respeto. Al mismo tiempo, fortalecen sus habilidades de liderazgo y lanzan propuestas de cambio que promueven el bienestar comunitario.  Aprenden a ser mejores ciudadanos. Mejores líderes. Mejores hombres.

Para continuar reflexionando sobre la importancia de este trabajo, recientemente invitamos a un grupo de hombres jóvenes de Estados Unidos México y Centroamérica comprometidos con la justicia de género a que nos compartieran que significa para ellos una masculinidad sana, como la practican en sus vidas cotidianas, y como sienten que este proceso los ha enriquecido.

Estas son sus reflexiones:

Eliezer

Eliezer, 32, Nicaragua

“Una masculinidad sana tiene que ver con reconocerme, identificar y estar en contacto con mis emociones, y reflexionar sobre como expreso mi afectividad y como cuido de mis seres queridos. Yo intento practicar una masculinidad sana al estar en contacto con la naturaleza y cultivar plantas junto con mis hijos. Intento siempre jugar con ellos y enseñarles la importancia de cuidar el medio ambiente. Gracias a este proceso me siento completo y pleno como papá. Me siento conectado con mis hijos.”

José

José, 25, Guatemala

“Una masculinidad sana es no tener miedo a expresar lo que siento, a sentirme vulnerable y pedir ayuda si es necesario. Trato de ejercer una masculinidad no violenta abriendo espacios de diálogo y reflexión con mi familia en dónde podamos hablar de cómo nos sentimos, que queremos cambiar y que nos motiva a ser mejores. Este proceso me ha traído paz para superar obstáculos y para generar vínculos transparentes con mis seres queridos.”

Francisco

Francisco, 34, México

“Una masculinidad sana es una postura crítica, personal y social para que los hombres eliminemos la violencia, el machismo y el sufrimiento de nuestras vidas. Trato de practicar una masculinidad sana al estar más en contacto con mis emociones y pasar tiempo de calidad con mi familia, jugar con las niñeces y escuchar a mis abuelos. Esto me ha hecho un hombre más consciente y comprometido con mi entorno.”

FredidFredid, 28, Estados Unidos

“La masculinidad sana es la posibilidad que tenemos de romper con ciclos de violencia y egoísmo y convertirnos en un modelo positivo para los niños y otros hombres. Es ser amoroso y respetuoso para crear nuevos ejemplos de lo que significa ser hombre que no tengan que ver con el control o el enojo. Practico una masculinidad positiva al hacer ejercicio, cuidar y sentirme parte de la naturaleza, ser paciente con mis hijas y rodearme de buenas influencias para intentar ser mejor cada día. Este esfuerzo le ha dado propósito y significado a mi vida.”

Kelvin

Kelvin, 33, Honduras

“La masculinidad sana es el camino que he elegido para descubrir mi valor como persona más allá de los estereotipos de lo que se espera de un hombre. Es buscar ser yo, ser auténtico, sin tener que actuar para los demás. La practico cuidando mi cuerpo y mis emociones, cuestionando mis acciones cotidianas y usando el arte para crear consciencia sobre la equidad de género. Gracias a esto he logrado sanar heridas emocionales y me he creado espacios seguros para compartir quien soy. Me siento libre.”

Obtenga más información sobre la iniciativa Promoción del liderazgo juvenil para la justicia de género y su campaña mediática regional “Cuidar-nos nos hace bien” para promover masculinidades saludables.

Primera foto: Jóvenes y miembros del personal de SerNiña, socio del GFC, participan en una actividad al aire libre. © GFC

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