Youth power
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Bailar para pertenecer, bailar para ser mejor: La historia de JC Rock
Este blog fue escrito por Juan Enamorado, más conocido como JC Rock, Director Ejecutivo y Cofundador de Warriors Zulu Nation. También está disponible en inglés.
Breaking inspiró a JC Rock a cofundar Warriors Zulu Nation Honduras para darles un espacio seguro a otrxs jóvenes para poder expresarse.
Mi nombre oficial es Juan Enamorado, pero por favor, llámenme JC Rock. Yo elegí ese nombre –es mi nombre de artista, mi nombre real. Tengo 27 años y soy originario de Bonito Oriental Colón, una comunidad rural de Honduras.
Mis primeros recuerdos de cuando era niño son recuerdos de separación y soledad.
En 1998, cuando tenía 4 años, el Huracán Mitch arrasó Honduras. Partió nuestra familia al medio. Lo perdimos todo: la casa que mis padres habían construido con muchos sacrificios, nuestras pertenencias –nuestro hogar. Todo desapareció de la noche a la mañana.
Tuvimos que irnos, movernos todo el tiempo para sobrevivir.
Mis padres se divorciaron, y mis hermanos y yo nos mudamos con nuestra madre a San Pedro Sula, en el Departamento de Cortés. Poco tiempo después, mi madre migró a los Estados Unidos con la esperanza de ganar dinero y darnos una vida mejor. Nos quedamos con familiares por un tiempo, pero muy pronto mis hermanos y yo tuvimos que aprender a valernos por nosotros mismos. Yo tenía 11 años, y me sentía solo y sin raíces.
[image_caption caption=”Juan Enamorado, más conocido como JC Rock, es el Director Ejecutivo de Warriors Zulu Nation Honduras. © Warriors Zulu Nation Honduras” float=””]
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Siguieron muchos años de incertidumbre. Siempre nos estábamos yendo, siempre caminando.
Mis hermanos y yo somos muy unidos. Ellos fueron mi más grande apoyo. Sin embargo, siempre sentí que algo me faltaba. Tenía dos preguntas en mi cabeza y en mi corazón que me pesaban, porque no sabía cómo responderlas: ¿A dónde pertenezco? y ¿Qué sentido tiene la vida?
En 2008, cuando tenías 14 años, nos asentamos por fin en el Barrio de Chamelecón en San Pedro Sula. Fue ahí, en uno de los lugares más peligrosos del país, dónde encontré mi comunidad. Mi familia.
En Chamelecón, conocí a otros jóvenes como yo, que se sentían perdidos y enojados a causa de la pobreza y la injusticia que les tocaba ver todos los días. Jóvenes con hambre de cambiar el mundo y en busca de oportunidades para construir vidas dignas y felices.
En ese lugar conocí el breaking y el resto de la cultura Hiphop. Fue como volver a nacer. Ahí fue cuando me convertí en JC Rock.
[image_caption caption=”Demostración de baile y Hiphop por parte del equipo de Warriors Zulu Nation Honduras. © Warriors Zulu Nation Honduras” float=””]
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Bailar se convirtió en mi vida. Cada vez que bailo, me siento libre. Me siento fuerte y capaz de cualquier cosa. Puedo expresarme y conectar con otros jóvenes. Bailar es nuestra manera de decirles a los adultos:
Somos jóvenes, y tenemos ideas, sueños y propuestas para mejorar nuestras comunidades. No vamos a permitir que nos traten como criminales y nos digan que hacer.
Tenemos voces para cantar, piernas para bailar y un corazón para cambiar el mundo. No somos el futuro. No somos un discurso. No somos un plan, una política o un proyecto. Somos el presente. Somos fuerza transformadora, la posibilidad de nuevos comienzos.
Les hemos escuchado bastante. Es hora de que ustedes nos escuchen a nosotros. No somos víctimas. Somos agentes de cambio.
Más y más jóvenes se fueron acercando. Se sentían escuchados y valorados. Me di cuenta que en este espacio encontraban lo mismo que yo busqué por tantos años: una familia.
[image_caption caption=”Escultura colectiva creada por Warriors Zulu Nation Honduras durante un taller de masculinidades saludables impartido por el equipo de GFC. © Warriors Zulu Nation Honduras” float=””]
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Ahí es cuando supe que quería dedicar mi vida justamente a eso: a ofrecer a otros jóvenes un lugar al cual pertenecer –un espacio seguro para expresarse, sentirse escuchados y escapar de la violencia.
Junto con mi hermano Kelvin y otros amigos, fundamos Warriors Zulu Nation. Lo llamamos así porque queríamos honrar nuestra lucha cotidiana por ese sueño compartido y reconocer la historia del movimiento Hiphop como motor de cambio social. Lo nombramos así porque eso es lo que somos: guerreros.
Hemos superado muchos retos: desconfianza, adultocentrismo, falta de empatía. Hemos prevalecido a pesar de actitudes autoritarias y condescendientes de personas y organizaciones que nos repetían: “Sí, podemos apoyarles, pero solo si hacen lo que nosotros queremos que hagan”. Solo querían que hiciéramos el trabajo por ellos, y ellos recibir todo el crédito y cumplir con sus indicadores.
Pero nunca nos vendimos. Permanecimos fieles a nuestro proyecto y a las comunidades que apoyamos. Con alegrías, éxitos, sufrimientos y fracasos, seguimos creciendo.
Diez años después, aún me cuesta creer todo lo que hemos logrado. Hemos obtenido apoyos de organizaciones verdaderamente dispuestas a escucharnos y a caminar con nosotrxs. Hemos llevado nuestro arte a diferentes partes de Honduras y Centroamérica. Hemos obligado a las autoridades a escucharnos y tomar en cuenta las demandas y necesidades de lxs jóvenes.
[image_caption caption=”Logo organizacional de Warriors Zulu Nation Honduras. © Warriors Zulu Nation Honduras” float=””]
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Y, lo más importante: hemos inspirado a otrxs jóvenes para que cambien sus vidas, rompan el ciclo de violencia y se vuelvan promotores comunitarios para inspirar a sus familias, compañerxs y comunidades. Les hemos dado esperanza.
En consorcio con Children International y ACNUR, estamos consolidando Colectivos Artísticos Juveniles en tres distritos de San Pedro Sula: Chamelecón, Cofradía y Rivera Hernández. También, y con el apoyo de USAID, iniciamos el proyecto Youth Excel para mejorar las condiciones de seguridad y movilidad en la región.
Trabajamos en lugares muy lastimados por la violencia, dónde las oportunidades son pocas. Pero también, lugares llenos de jóvenes creativos, valientes y capaces de escribir su propia historia. Lugares habitados por grandes artistas, por guerrerxs.
Y ahora, junto a GFC, estamos listos para la siguiente batalla: usar nuestro arte y nuestra expresión para revisarnos a nosotros mismos, reconocer nuestras propias violencias y machismos y promover masculinidades sanas que aporten a la justicia de género.
Tenemos mucho que aprender, pero sabemos que no estamos solxs. Sabemos que el cambio es posible. Que podemos ser mejores y que, de esta forma, seremos capaces de cuidar y acompañar mejor a los jóvenes que se acercan a Warriors Zulu Nation buscando una familia.
Estamos dispuestos a sentirnos incomodos, a equivocarnos, a caernos y a levantarnos las veces que sean necesarias. ¿Por qué? Porque tenemos confianza en lxs jóvenes y porque creemos en sus sueños. Son ellos los que nos sostienen. Los que nunca van a permitir que nos rindamos.
Vamos adelante. Cambiando al mundo empezando por nosotrxs. Creando, construyéndonos y reconstruyéndonos. Usando nuestro arte para ser mejores.
Primera foto: JC Rock practicando movimientos de break dance. © Warriors Zulu Nation Honduras