Safety and wellbeing
Education, Gender justice, Safety and wellbeing, Youth power
Nivelando el camino hacia el empoderamiento de las niñas en Chimaltenango, Guatemala
Nota del Editor: Esta publicación también está disponible en inglés.
¿Cómo se ve y se siente el empoderamiento para una niña adolescente en Guatemala? Durante unas visitas a la Asociación Generando (ASOGEN) y a Asociación Iniciativa de los Derechos de la Mujer (IDM), dos organizaciones socias del Fondo Global para la Niñez ubicadas en el departamento de Chimaltenango que forman parte de nuestra Iniciativa Empoderando a Niñas Adolescentes, conversé con algunas de sus niñas participantes para descubrir la respuesta a esta pregunta.
“No te quedes callada; ¡habla!”
[image_caption caption=”Orquídea, de 16 años, es una de las más de cincuenta adolescentes en Chimaltenango que participan en foros, talleres y grupos de autoayuda facilitados por ASOGEN.” float=”alignleft”]
[/image_caption]
Orquídea (fotografiada a la izquierda), de 16 años, entró tranquilamente a la sala de reuniones de ASOGEN, ubicada en el municipio de Chimaltenango, con su hija de 6 meses en sus brazos. Aunque inicialmente se mostró un poco tímida, se veía tranquila y serena. Me contó que se involucró por primera vez con ASOGEN hace más de un año cuando su caso en el Tribunal de la Niñez y Adolescencia (un tribunal especializado en Guatemala que maneja amenazas o violaciones a los derechos de niños, niñas y adolescentes) tuvo dificultades. ASOGEN apoyó a Orquídea con asesoramiento psicosocial y legal, y la ayudó a pasar al cuidado de acogida con su tío y su tía.
Ha estado involucrada con ASOGEN durante un año y cuatro meses, y a través de su participación en terapia y talleres, se siente como una persona diferente. Compartió que antes, era impulsiva; ahora, tantea sus opciones y sopesa los riesgos antes de actuar.
“Me costaba decir que no,” compartió. “Antes, eso sólo me afectaba a mí, pero ahora tengo que pensar en mi hija y en otras personas también.”
Orquídea está estudiando durante los fines de semana para completar su bachillerato, y está interesada en seguir una carrera en arquitectura o medicina. Durante la semana, enfoca su atención en cuidar a su hija y en ayudar a su tía con las tareas del hogar.
A pesar de que a Orquídea todavía le cuesta vincularse y trabajar junto a otras chicas, lentamente está ganando más confianza en sí misma y en los demás. Al participar en los talleres de ASOGEN sobre autoestima, género, igualdad de derechos, relaciones humanas y liderazgo, está saliendo lentamente de su caparazón y fortaleciendo sus habilidades de comunicación y trabajo en equipo. Ella quiere que otras niñas sepan la importancia de pensar antes de actuar.
Su mensaje es: “Sé independiente. No te quedes callada; ¡habla!”
“El conocimiento nos mantendrá a salvo”
Trece niñas de 10 a 13 años forman un círculo mientras escuchan las instrucciones de Sandra Cocon en Kaqchikel. Como Asistente de Programas para IDM, Sandra es responsable de implementar el Programa de Niñas Adolescentes en varias comunidades en Patzún, Chimaltenango, incluida la Aldea El Cojobal. El programa trabaja para prevenir el matrimonio temprano y forzado, mejorando el conocimiento de las niñas sobre sus derechos, especialmente su derecho a la educación, transformando las normas locales que toleran el matrimonio infantil y asegurando que los padres y los líderes comunitarios tomen medidas para retrasar el matrimonio temprano.
[image_caption caption=”Las niñas de El Cojobal se juntan alrededor de Sandra Cocón (IDM) para platicar sobre roles y expectativas de género en su entorno. © GFC” float=””]
[/image_caption]
En esta sesión a la que IDM me invitó, las chicas discutieron los obstáculos que enfrentan en torno a las expectativas de género y cómo usar la comunicación asertiva para abogar por sus derechos y necesidades.
Durante la sesión, las chicas revelaron que lo que más les gusta de las actividades facilitadas por IDM es que pueden verse y forjar amistades. Según IDM, a los 15 años, el 60% de las niñas indígenas rurales abandonan la escuela, principalmente debido a las creencias culturales dañinas de que no vale la pena invertir en la educación de las niñas. Por lo tanto, muchas niñas indígenas se aíslan en sus hogares y rara vez tienen acceso a redes de apoyo entre ellas mismas o modelos femeninos positivos.
[image_caption caption=”Participantes de IDM trabajan juntas para explorar lo que la sociedad espera que hagan y no hagan como niñas. © GFC” float=””]
[/image_caption]
“Antes, estas chicas ni siquiera hablaban entre sí”, dijo Sandra. “Ahora, se alegran al verse, se ríen juntas, trabajan juntas en equipo. La diferencia entre ahora y hace unos meses cuando empezamos a trabajar con ellas es rotunda.”
Las niñas también indicaron que les gusta aprender sobre comunicación, equidad de género, autoestima y derechos humanos. Cuando se les preguntó por qué creen que es importante aprender y conversar sobre estos temas, las niñas respondieron con confianza: “Porque cuando seamos mayores, el conocimiento que estamos obteniendo nos mantendrá seguras y podremos compartirlo con nuestros hijos, hijas, compañeros y compañeras.”