Education, Gender justice, Safety and wellbeing, Youth power

Nuevas formas de ayudar


By Global Fund for Children

Nota del editor: esta publicación también está disponible en inglés.

En Cancún, México, una organización está adaptando sus respuestas comunitarias a la pandemia del COVID-19 comenzando por lo más importante: escuchar.

Este blog fue escrito por nuestro socio Centro Integral de Atención a las Mujeres (CIAM) ubicado en Cancún, México. CIAM trabaja para prevenir la violencia y promover masculinidades saludables, utilizando un modelo innovador de educación para la paz desde un enfoque de género y derechos humanos.

El enfoque holístico del CIAM incluye trabajar con padres, maestros y miembros de la comunidad en actividades orientadas a la paz, como cine-debates comunitarios, ludotecas móviles y talleres de resolución de conflictos para padres.

Desde un primer momento, nos dimos cuenta que la pandemia del COVID-19 tendría efectos devastadores para las comunidades con las que trabajamos. No nos equivocamos.

En CIAM, apoyamos a 50 familias a través de nuestro modelo de educación para la paz, facilitando talleres para jóvenes sobre derechos sexuales y reproductivos en nuestro centro comunitario y en colonias marginales de Cancún con altos índices de violencia familiar.

Muchas de las familias perdieron sus empleos, las y los jóvenes que acuden a nuestros talleres quedaron limitados en sus procesos educativos, y se agravó la violencia sexual y de género hacia mujeres, niñas y adolescentes. Muchas de estas comunidades no cuentan con servicios básicos ni acceso a servicios de salud, por lo que se encuentran prácticamente desprotegidas ante cualquier emergencia.

Los impactos en la salud mental también fueron graves. Las y los jóvenes cayeron en episodios de ansiedad y depresión, sin embargo no hemos podido acompañarles emocionalmente a todos/as debido a que en sus hogares no cuentan con espacios físicos ni momentos de privacidad suficientes. Es difícil pensar en tus planes para el futuro cuando solo piensas en sobrevivir día a día.

No estábamos preparadas. La pandemia por coronavirus nos tomó por sorpresa, impactó gravemente a la población que atendemos y nos obligó a repensarnos como organización. Debíamos encontrar nuevas maneras de ayudar. Como nos recordábamos a nosotras mismas en nuestros espacios de encuentro: “si no puedes ir hacia afuera, ve hacia adentro”. Aprende de ti mismo. Y eso hicimos.

Teníamos que hacer algo para ayudar a las 50 familias que acompañamos. Pero también entendíamos que ellas mismas son las que debían decidir qué necesitaban. El primer paso siempre es escuchar. Cuando escuchas, toda la comunidad se involucra.

[image_caption caption=”El equipo de CIAM empaca despensas y material de prevención sanitaria en colonias marginadas de Cancún, México. © CIAM Cancun” float=””]

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A finales de marzo hicimos una encuesta con las y los participantes de nuestros programas. El ochenta por ciento mencionó que su situación económica había empeorado debido al desempleo, reducciones en salarios y vacaciones forzadas sin goce de sueldo.

El sesenta y seis por ciento de las familias manifestaron dificultades para adquirir alimentos básicos, productos de limpieza y desinfección, artículos que son necesarios para minimizar el riesgo de contagio. Los resultados revelaron también que se necesitaba acompañamiento pedagógico y asesorías para que las y los jóvenes pudieran continuar con sus estudios.

Una vez que supimos cuáles eran las necesidades de la población, solicitamos un apoyo de emergencia al Fondo Global para la Niñez. Lo que más buscábamos con este fondo era cubrir las necesidades más urgentes, pero, al mismo tiempo, comenzar a desarrollar modelos estratégicos de atención que promovieran el empoderamiento juvenil y el trabajo comunitario.

[image_caption caption=”© CIAM Cancun” float=””]

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Aún, y especialmente en tiempos de crisis, debes recordarles siempre a las niñas, los niños y jóvenes que son protagonistas de su historia y agentes de cambio.

Repartimos apoyos alimentarios, kits higiénicos y, al mismo tiempo, desarrollamos materiales didácticos para que las familias puedan cuidarse y trabajar juntas durante estos meses de distanciamiento social.

También, pusimos a disposición de la comunidad teléfonos de atención para detectar y acompañar casos de violencia familiar y de género. Lanzamos una guía de actuación para las mujeres en situación de violencia durante el aislamiento, que incluye un directorio de teléfonos de atención, así como de medidas preventivas e información que puede salvar vidas.

Acompañamos a niñas, niños y jóvenes de manera virtual para que sus procesos educativos no se vean interrumpidos, asesorando también a sus padres y madres en técnicas pedagógicas que les ayuden a mejorar sus habilidades.

Seguimos escuchándoles y apoyándoles. Sabemos que la emergencia está lejos de terminar, pero ahora las familias saben que no están solas. Que la crisis no será nunca una excusa para la indiferencia, el egoísmo y la inacción, que siempre se puede hacer algo. Ayudando, todos y todas nos salvamos. Salvamos a la humanidad.

Vivimos una crisis sin precedentes. Todos y todas estamos aprendiendo y transformándonos; con días buenos y días malos. Para CIAM la emergencia del COVID-19 ha sido una lección de resiliencia y esperanza. Siempre habrá nuevas formas de ayudar, y la mejor manera de empezar es escuchando.

Gracias a GFC por ayudarnos no solamente a responder a la emergencia, sino a aprender de ella y poder servir mejor a las comunidades con las que trabajamos. En verdad, muchas gracias.

Done para apoyar a las niñas, los niños y jóvenes afectados por el coronavirus.

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