Justice de genre, sécurité et bien-être
Justice de genre, pouvoir des jeunes
El poder de crear juntos: Cuatro lecciones de nuestro encuentro regional para promover masculinidades saludables
Note de l'éditeur : Cette publication est également disponible en anglais.
Los participantes en la iniciativa Promoviendo Liderazgos Juveniles para la Justicia de Género y otros socios invitados de GFC comparten cuatro aprendizajes clave de un encuentro realizado en Guatemala, en el que descubrieron puntos en común, establecieron nuevas conexiones y fortalecieron nuevas estrategias para promover cambios positivos en sus comunidades.
Del 21 al 23 de octubre, como parte de las acciones de la Iniciativa Promoviendo Liderazgos Juveniles para la Justicia de Género, 30 líderes comunitarios representando 12 organizaciones de Estados Unidos, México, Guatemala, Honduras y Nicaragua se dieron cita en Quetzaltenango, Guatemala, para conocerse y compartir experiencias y metodologías en torno a la promoción de masculinidades saludables en la región. Esta iniciativa, también conocida como HEEL (palabra maya que significa cambio y transformación) apoya a grupos y redes juveniles en Centroamérica que están involucrando a niños y hombres jóvenes en la promoción de masculinidades saludables y la lucha por la justicia de género.
En esos tres días compartimos nuestros talentos, bailamos, cantamos, reímos, lloramos, comimos chocolate, reflexionamos sobre nuestras prácticas e hicimos nuevos amigxs. Nos convertimos en una comunidad.
[image_caption caption=”Un intercambio de aprendizajes en el encuentro HEEL en Guatemala. © GFC” float=””]
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Estos también fueron días de mucho trabajo y aprendizaje. Cada unx de nosotrxs trajimos nuevos enfoques y el compromiso de traducir lo aprendido en acciones concretas que promuevan el bienestar de nuestras familias y comunidades.
Si bien hubo muchas lecciones aprendidas, queremos destacar cuatro que resonaron fuertemente en nosotrxs y que nos ayudarán a fortalecer nuestras estrategias de trabajo con niños, niñas y jóvenes para promover la justicia de género:
1. Somos las mismas historias de dolor y esperanza
Por más fronteras que nos quieran dividir, y sin dejar de reconocer las diferencias que existen entre las zonas y países que habitamos, nos dimos cuenta de que estamos unidxs por una memoria común: nuestras raíces latinoamericanas y mesoamericanas.
Todxs compartimos historias de dolor, despojo, lucha e injusticia. Al mismo tiempo, compartimos historias de resistencia, de personas valientes que han luchado por nuestro derecho a vivir vidas dignas y felices.
Nos une el deseo de cambiar, de reconocer nuestros errores para ser mejores. Nos dimos cuenta de que somos mariposas: siempre evolucionando, siempre transformándonos. Y eso es lo más importante para promover masculinidades no-violentas: reivindicar nuestro derecho a cambiar para poder cuidar mejor a lxs que amamos.
Y, lo mejor de todo, nos dimos cuenta de que no estamos solxs. Promover masculinidades saludables puede ser difícil, pero ahora sabemos que tenemos una red que puede sostenernos, guiarnos y darnos fuerza cuando la necesitemos.
2. Las juventudes merecen ser escuchadas y reconocidas
Estamos cansadxs de ver como las juventudes son continuamente utilizadas e infravaloradas. Las y los adultos siempre están felices de tomarse una foto o colgarse medallas en nombre de las y los jóvenes. Sin embargo, en muchos lugares, las juventudes todavía son menospreciadas, como si no tuvieran nada que aportar. Como si su único trabajo fuera callar, escuchar y estar de acuerdo.
[image_caption caption=”Una intervención artística representando las masculinidades sanas en nuestros cuerpos durante el encuentro HEEL en Guatemala. © Jimmy Girón/Warriors Zulu Nation Honduras” float=””]
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También se piensa que las juventudes son todas iguales, que quieren lo mismo y que están llenas de vitalidad y energía. Y eso no es cierto. Las y los jóvenes no son el futuro. Y no son sólo el presente. Son personas, ciudadanxs con derecho a reconstruir su memoria, exigir sus derechos ahora e imaginar un futuro mejor.
Las juventudes no necesitan que los adultos los regañen o quieran enseñarles todo el tiempo; necesitan aliadxs dispuestos a caminar con ellxs para aprender juntxs.
3. El cuidado y la alegría deben estar siempre en el centro
Durante el encuentro, muchxs de nosotrxs nos dimos cuenta de que promover masculinidades saludables es sobre todo una labor de cuidado.
Sin embargo, también reconocimos que esto nos cuesta mucho. Que necesitamos aprender a cuidarnos para cuidar de lxs demás. Nos dimos cuenta de que muchas veces nos exigimos demasiado y que nos sentimos culpables en los momentos de descanso y bienestar.
Ahora sabemos que la empatía, el amor y el cuidado que podemos darnos a nosotrxs mismxs y a lxs demás tienen el poder de cambiar el mundo. El cuidado va de la mano de la justicia social, de exigir derechos laborales, de pedir más y mejores oportunidades de desarrollo educativo y profesional.
[image_caption caption=”Dinámica cuidándonos y sosteniéndonos durante el encuentro HEEL en Guatemala. © GFC” float=””]
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Y ahora sabemos que tenemos una nueva comunidad de cuidados, para trabajar y crear juntxs, pero también para darnos un abrazo o una palabra de aliento cuando se necesite.
Cuidar es un arte. Y, como cualquier arte, podemos perfeccionarlo practicándolo todos los días. Estamos dispuestxs a intentarlo.
4. El arte nos permite sanar y transformar
Finalmente, todxs nos reconocimos como creadores. Algunos bailamos, otros rapeamos, hacemos grafitis, escribimos poesías o tomamos fotografías. Para nosotrxs, el arte es una herramienta de sanación, expresión y transformación.
Y recordamos que el arte está en todas partes: en cómo nos cuidamos, en cómo tratamos a lxs demás, en nuestro trabajo y en todas nuestras estrategias de incidencia y acompañamiento.
Gracias al arte, los niños y hombres jóvenes pueden hacerse preguntas, probar otras formas de ser hombres y atreverse a cambiar.
Seguiremos siendo artistas, creando con cada vez más personas. Para ser. Para estar. Para vivir mejor.
Todo esto y más aprendimos en nuestro encuentro, un espacio que nos llenó de energía y nos recordó la importancia de sentirnos ciudadanxs del mundo y parte de una lucha colectiva. Y aunque ya estamos contando los días para el próximo encuentro, ahora sabemos que, a pesar de la distancia, seguimos y seguiremos conectadxs a través del cuidado, el amor y la esperanza.
Primera foto: Una actividad con un barco del diálogo intergeneracional. © GFC