Justicia de género, seguridad y bienestar
Justicia de género, poder juvenil
El poder de crear juntos: Cuatro conclusiones de un encuentro regional para promover masculinidades saludables
Nota del editor: esta publicación del blog también está disponible en español.
Los participantes de la iniciativa Promoción del liderazgo juvenil para la justicia de género y otros socios de GFC comparten cuatro aprendizajes clave de una reunión en Guatemala donde descubrieron puntos en común, construyeron conexiones y fortalecieron estrategias para crear cambios en sus comunidades.
Del 21 al 23 de octubre de 2022, como parte de la Iniciativa de promoción del liderazgo juvenil para la justicia de género30 líderes comunitarios que representan a 12 organizaciones de Estados Unidos, México, Guatemala, Honduras y Nicaragua se reunieron en Quetzaltenango, Guatemala, para conocerse y compartir experiencias y metodologías en torno a la promoción de masculinidades saludables en la región. Esta iniciativa, también conocida como HEEL (una palabra maya que significa cambio y transformación), apoya a grupos y redes liderados por jóvenes en América Central que involucran a niños y hombres jóvenes en la promoción de masculinidades saludables y el avance de la justicia de género.
En esos tres días compartimos nuestros talentos, bailamos, cantamos, reímos, lloramos, comimos chocolate, reflexionamos sobre nuestras prácticas e hicimos nuevos amigos. Nos convertimos en una comunidad.
[image_caption caption=”Un intercambio de aprendizajes en la reunión HEEL en Guatemala. © GFC” float=””]
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Fueron también días de mucho trabajo y aprendizaje. Cada uno de nosotros trajo consigo nuevos enfoques y el compromiso de traducir las enseñanzas en acciones concretas que promuevan el bienestar de nuestras familias y comunidades.
Si bien fueron muchas las lecciones aprendidas, queremos destacar cuatro que resonaron fuertemente en nosotros y que nos ayudarán a fortalecer nuestras estrategias de trabajo con niños, niñas y jóvenes para promover la justicia de género:
1. Somos las mismas historias de dolor y esperanza.
Por más fronteras que quieran dividirnos, y sin dejar de reconocer las diferencias que existen entre las zonas y países que habitamos, nos damos cuenta de que nos unen nuestras raíces comunes latinoamericanas y mesoamericanas.
Todos compartimos historias de dolor, despojo, lucha e injusticia. Al mismo tiempo, compartimos historias de resistencia, de personas valientes que han luchado por nuestro derecho a vivir vidas dignas y felices.
Nos une el deseo de cambiar, de reconocer nuestros errores para ser mejores. Nos dimos cuenta de que somos mariposas: siempre evolucionando, siempre transformándonos. Y eso es lo más importante para promover masculinidades no violentas: nuestro derecho a cambiar y mejorar para poder cuidar mejor a quienes amamos.
Y lo mejor de todo es que recordamos que no estamos solas. Promover masculinidades saludables puede ser difícil, pero ahora sabemos que contamos con una red que puede sostenernos, guiarnos y darnos fuerza cuando la necesitamos.
2. Los jóvenes merecen ser escuchados y reconocidos
Estamos cansados de ver a los jóvenes continuamente simbolizándolos y subvalorándolos. Los adultos siempre están felices de tomarse una foto o de entregarse medallas en nombre de los jóvenes. Sin embargo, en muchos lugares, los jóvenes todavía son menospreciados, como si no tuvieran nada que aportar. Como si su único trabajo fuera estar callados, escuchar y estar de acuerdo.
[image_caption caption=”Una intervención artística sobre la representación de masculinidades saludables en nuestros cuerpos en el encuentro HEEL en Guatemala. © Jimmy Girón/Warriors Zulu Nation Honduras” float=””]
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También se piensa que los jóvenes son todos iguales, que quieren lo mismo y que están llenos de vitalidad y energía. Y eso no es verdad. Los jóvenes tampoco son el futuro. Y no son sólo el presente. Son personas, individuos con derecho a exigir sus derechos ahora y a imaginar un futuro mejor.
Los jóvenes no necesitan que los adultos los regañen o les enseñen; necesitan aliados dispuestos a caminar con ellos para aprender juntos.
3. El cuidado y la alegría deben estar siempre en el centro
Durante el encuentro, muchos de nosotros nos dimos cuenta de que promover masculinidades saludables es un trabajo de cuidado.
Sin embargo, también reconocimos que esto nos cuesta mucho. Que necesitamos aprender a cuidarnos para poder cuidar a los demás. Nos dimos cuenta de que nos exigimos demasiado y que nos sentimos culpables en momentos de descanso y bienestar.
Ahora sabemos que la empatía, el amor y el cuidado que podemos brindarnos a nosotros mismos y a los demás tienen el poder de cambiar el mundo. El cuidado va de la mano con la justicia social, con la exigencia de derechos laborales y con la exigencia de más y mejores oportunidades de desarrollo educativo y profesional.
[image_caption caption=”Una actividad enfocada en cuidarnos y apoyarnos mutuamente en la reunión de HEEL en Guatemala. © GFC” float=””]
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Y ahora sabemos que tenemos una nueva red de cuidados para trabajar y crear juntos pero también para darnos una palabra de aliento.
Cuidar es un arte. Y, como todo arte, podemos perfeccionarlo practicándolo todos los días. Estamos dispuestos a intentarlo.
4. El arte nos permite sanar y transformar
Finalmente, todos nos reconocimos como creadores. Algunos bailamos, otros rapeamos, pintamos grafitis, escribimos poesía o tomamos fotografías. Para nosotros, el arte es una herramienta de sanación, expresión y transformación.
Y recordamos que el arte está en todas partes: en cómo nos cuidamos, en cómo tratamos a los demás, en nuestro trabajo y en todas nuestras estrategias de incidencia y acompañamiento.
Gracias al arte, los niños y jóvenes pueden plantearse preguntas, probar otras formas de ser hombres y atreverse a cambiar.
Seguiremos siendo artistas, creando con más y más gente. Ser. Vivir. Mejorar.
Todo esto y más lo aprendimos en el encuentro, un espacio que nos llenó de energía y nos recordó la importancia de sentirnos ciudadanas del mundo y parte de una lucha colectiva. Y aunque ya estamos contando los días para el próximo encuentro, sabemos que mientras tanto seguimos conectadas a través del cuidado, el amor y la esperanza.
Imagen de encabezado: Actividad de diálogo intergeneracional en el marco de la reunión HEEL en Guatemala. © GFC