Peter Ouko pasó 18 años en prisión por un delito que no cometió. Ahora dedica su vida a ayudar a los jóvenes kenianos a forjar un futuro positivo.

En 1998, Peter Ouko, de 28 años, trabajaba como diseñador de interiores en Nairobi, donde vivía con su joven familia de tres personas.

Pero todo cambió cuando fue acusado de asesinato. A pesar de que el jurado lo declaró inocente por unanimidad, Peter fue declarado culpable y condenado a muerte. Fue enviado a la prisión de máxima seguridad de Kamiti, una de las más famosas del mundo en ese momento. En sus primeros días como recluso, Peter pasó hasta 23 horas al día en una pequeña celda con otros 13 hombres.

Pero a principios de la década de 2000, Kenia comenzó a reformar drásticamente su sistema penitenciarioLas reformas incluyeron mejorar las condiciones de vida de los reclusos y centrarse en la educación de los presos.

Fortalecido por estas reformas, Peter estaba decidido a impulsar un cambio positivo desde la cárcel. Quería ayudar a reducir la reincidencia entre los jóvenes y también evitar que los jóvenes se involucraran en actividades delictivas.

“El setenta por ciento de los reclusos en Kenia tienen menos de 30 años”, dijo Peter en una entrevista reciente. “Al llegar a los jóvenes desde una edad temprana, podemos lograr frenar su llegada a las cárceles”.

En 2007, mientras todavía estaba en el corredor de la muerte, Peter comenzó Crimen Si Poa, que significa “el crimen no es cool” en suajili. Originalmente creado como un grupo de apoyo informal, ahora es una organización sin fines de lucro registrada llamada Youth Safety Awareness Initiative (YSAI).

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Mientras ponía en marcha su organización sin fines de lucro, Peter también trabajaba arduamente para defender la justicia, para él mismo y para muchos de sus compañeros de prisión. En 2014, con el apoyo del Proyecto de Prisiones Africanas, se convirtió en el primer recluso keniano en obtener un diploma en derecho consuetudinario.

Después de cumplir 18 años de prisión por un delito que no cometió, Peter recibió un indulto oficial del presidente keniano y finalmente fue liberado en 2016.

En la actualidad, continúa liderando YSAI, que todavía se conoce en gran medida por su nombre original Crime Si Poa, y opera numerosos programas en prisiones y en comunidades donde los jóvenes corren el riesgo de cometer actividades delictivas:

[image_caption caption=”Bundie Kabanze, oficial del programa GFC, habla con las niñas del Instituto de Rehabilitación de Niñas Kamae en una reciente visita al lugar.” float=””]

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Mentoría y liderazgo de niñas

En el Centro de Rehabilitación de Niñas Kamae de Nairobi, las niñas en conflicto con la ley (de 14 a 18 años) son internadas en instituciones durante un máximo de tres años. YSAI ofrece tutorías semanales y capacitación en liderazgo a estas niñas para ayudarlas a ganar confianza, mejorar su capacidad de toma de decisiones y prepararse para la vida adulta. “Contamos con un paquete integral de servicios que abordan los intereses de las niñas internadas en instituciones”, dijo Peter. “Con programas como el nuestro, que ayudan a generar cambios de conducta y actitud, muchas niñas son liberadas después de un año”.

“Llamamos al programa Phoenix para que los jóvenes sepan que pueden levantarse de nuevo, independientemente de sus difíciles circunstancias pasadas, y convertirse en lo que sueñan ser”, dijo Peter.

Entrenamiento de habilidades para niños

En el vecino Centro Correccional Juvenil de Kamiti, los chicos que tienen problemas con la ley son internados durante cuatro meses. Allí, YSAI ha creado un proyecto de invernadero para enseñar técnicas agrícolas.

Emprendimiento para jóvenes en riesgo

Muchos jóvenes que han estado encarcelados se unen a otros jóvenes en el centro de recursos de YSAI, ubicado en su oficina principal en Nairobi. Con un enfoque en el emprendimiento social, YSAI ofrece capacitación en tecnología de la información, sastrería y bordado, así como programas de empoderamiento y una biblioteca de recursos.

[image_caption caption=”Alexander Kyerematen, Director del Programa Regional de GFC para África, se reúne con Abraham, quien recibió apoyo de YSAI para su educación.” float=”alignright”]

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Defensa y compromiso para reducir la delincuencia

Como brazo oficial de cabildeo y defensa de derechos de YSAI, Crime Si Poa involucra a jóvenes (de 19 a 35 años) en la concientización sobre conductas nocivas y delictivas, como la violencia de género, el abuso de drogas y alcohol y el acoso escolar. A través de eventos públicos y reuniones municipales, Crime Si Poa también promueve la reforma penal, la rehabilitación y el diálogo abierto con las fuerzas del orden y otras personas involucradas en el sistema de justicia penal.

Aunque el programa involucra a ex reclusos, está abierto a todos los jóvenes. “Al contar con jóvenes de todos los estratos sociales, les brindamos plataformas para construir vínculos en pos del bien común”, dijo Peter.

Acceso a la justicia

El proyecto más reciente de YSAI, Sheria Mashinani (concienciación jurídica de base), es una asociación con la Clínica Jurídica de la Universidad Strathmore concebida como un proyecto de “formación para formadores”. Recientemente capacitó a 25 jóvenes en procedimientos penales básicos, derecho laboral, empresarial y derechos humanos. Todos los participantes fueron seleccionados mediante concurso entre los 13 pueblos que conforman el asentamiento informal de Kibera, la comunidad de chabolas más grande de Nairobi.

Esta nueva clase de defensores de la justicia comunitaria se graduó el 2 de noviembre de 2019. “No hay duda de que están bien equipados y adecuadamente empoderados como agentes de cambio en materia de justicia que tendrán un gran impacto en su comunidad”, dijo Peter.

Para escuchar la historia de Peter en sus propias palabras, vea su charla TED: Del corredor de la muerte a licenciado en Derecho.