Justice de genre, sécurité et bien-être
Éducation, justice de genre
Enfrentar nuestros miedos: La historia de Carlos
Este blog fue escrito por Carlos Luis, un participante en los programas de la Organización para el Empoderamiento de la Juventud (OYE). También está disponible en anglais.
La Organización para el Empoderamiento de la Juventud (OYE) en Honduras le permitió a Carlos Luis ir a la universidad, crear amistades con otros jóvenes y aprender sobre masculinidades saludables.
Mi nombre es Carlos Luis, tengo 19 años y soy originario de El Progreso, Yoro, en Honduras. Actualmente estudio la licenciatura en contaduría pública y finanzas en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Lo que más me gusta hacer es escuchar música, ver anime, dibujar y correr.
Desde que era niño siempre fui muy callado. Me costaba hacer amigos, así que usaba mi creatividad y mi imaginación para crear otros mundos y escaparme por un rato. Me gustaba soñar que me convertía en un piloto de avión y así podía cuidar de mi mamá y de mi abuela.
A pesar de que mi familia siempre se preocupó por mí y me enseñó muchos valores, también recuerdo el miedo. Los miedos. Así, en plural.
Algunos miedos eran un poco tontos la verdad. Me daba miedo la oscuridad y me imaginaba que las sombras que veía eran monstruos que venían a atacarme mientras dormía. Muy pronto me liberé de ese miedo.
Otros miedos, otros monstruos, eran más reales. Más difíciles de vencer.
El monstruo de la precariedad, el sentir que a veces no alcanzaba para comprar ropa o comida. Desde muy pequeño, sentí que era mi obligación como hombre contribuir a la economía de mi casa. Era un enorme peso que a veces no sabía cómo afrontar.
Y, sobre todo, el monstruo de la inseguridad. A mi alrededor existía mucha violencia, y vi con dolor como muchos de mis compañeros de escuela terminaron en pandillas por necesidad. Necesidad de contar con un ingreso. Necesidad de ser aceptados. De pertenecer. De tener una familia.
Hace unos años, tuve que enfrentar mi miedo más grande: el sentir que tendría que renunciar a mi sueño de estudiar la universidad para cuidar de mi familia. Simplemente no podíamos darnos el lujo de pagar por mi educación. Aunque quería estudiar para ayudarlos, sentía que al hacerlo los abandonaba.
Me sentía perdido, paralizado.
Entonces, mis maestros me hablaron de OUI.
[image_caption caption=”Jóvenes participando en una actividad de masculinidades saludables de OYE. © OYE” float=””]
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Me comentaron que ofrecían becas para jóvenes comprometidos y que, además, te daban herramientas para conocerte más, ayudar a tu comunidad y alcanzar tu máximo potencial.
Aunque es invaluable, OYE es más que el apoyo económico. Es un espacio para retarte y superar tus miedos. Para hacer preguntas. Para reírte de ti mismo, hacer amigos y pasar buenos momentos.
Gracias a OYE, descubrí que puedo pintar, que el deporte y el cuidado de la salud son importantes y que necesito aprender a controlar mis emociones.
En el espacio de masculinidades, aprendí que está bien tener miedo. Que eso no me hace menos hombre. Solo hay que trabajar para que el miedo no nos domine y nos haga actuar de manera violenta.
Con OYE aprendí que como hombre tengo derecho a cuidar y ser cuidado. Que no tengo que tener todas las respuestas siempre y que las responsabilidades siempre deben ser compartidas. Todo esto fue especialmente importante durante la pandemia, que fue una buena oportunidad para cuestionar mi egoísmo y aprender a cuidar de los demás. Y aprender a pedir ayuda.
Sigo teniendo miedos. Pero ahora mis sueños son más grandes.
Quiero graduarme, trabajar de lo que me gusta y, aunque no sea piloto, si quiero ser un viajero, conocer muchos lugares y personas y ayudar a mi madre. Cuidar de mi familia no porque tenga que hacerlo, no porque sea un “peso”, sino porque me hace feliz.
Y, con ayuda de otros y otras, seguir aprendiendo a ser responsable. De mí, de los demás, de mis emociones. De mis miedos. Gracias a OYE, aprendí a transformar mis miedos en oportunidades.
A otros jóvenes como yo, les digo que, a pesar de los momentos difíciles, somos y seguiremos siendo los dueños y dueñas de nuestras propias vidas y nuestras decisiones.
Siempre hay algo por hacer, algo más que aprender, miedos que superar. Y todo se puede hacer, pero es paso a pasito. Respirando. Una cosa a la vez.
L'Organisation pour l'emploi de la jeunesse (OYE) promeut la construction de jeunes dirigeants avec une conscience sociale et étrangère au haut rendement académique et à la formation intégrale grâce à un programme compétitif de affaires et de projets de participation communautaire qui comprend une station de radio dirigée. pour les jeunes, ainsi que comme artisans d'art, production de vidéos et conception graphique, entre autres.
Desde hace más de 5 años, OYE trabaja con grupos de hombres jóvenes con el objetivo de crear espacios seguros para el manejo de emociones y la promoción de masculinidades saludables. OYE es una de las organizaciones socias ganadoras del Premio de Sostenibilidad de GFC 2022.
Primera foto: Carlos Luis en frente de un mural en la oficina de OYE. © OYE