
Justicia de género
Justicia de género
Nota del editor: Esta publicación también está disponible en ingles.
Promover masculinidades sanas con niños y jóvenes no es nada sencillo. Va más allá de ofrecer talleres simples o espacios informativos. Requiere, por el contrario, activar procesos de reflexión individual y colectiva capaces de traducirse en iniciativas concretas que fomenten el bienestar comunitario. Requiere paciencia para comprender que el cambio lleva tiempo, coraje para incomodarnos y modificar actitudes y comportamientos, y ternura para aceptar que los errores forman parte del camino.
Requiere incomodarnos y retrasarnos continuamente. Y ser generosos para compartir los aprendizajes.
Honrando este espíritu, el año pasado nuestras organizaciones sociales de la Iniciativa HEEL de masculinidades sanas Se nos acercaron con provocaciones poderosas: ¿Cómo acompañamos a otras personas y organizaciones deseosas de involucrar activamente a niños y jóvenes en la lucha por la justicia de género? ¿Cómo les mostramos que trabajar masculinidades sanas es posible, y es urgente? ¿Cómo acompañamos a otras organizaciones y colectivos llenos de motivación y compromiso pero que no saben cómo comenzar a hablar con niñeces y jóvenes diversos?
Para hacer frente a estos cuestionamientos, GFC y sus organizaciones sociales decidieron emprender una nueva aventura. Un sueño colectivo. La co-creación de una caja de herramientas que, a partir de metodologías lúdicas y participativas, diera pistas de como comenzar a hablar con niños y jóvenes sobre masculinidades sanas centrando sus voces, propuestas y necesidades. Cómo crear metodologías que, además de promover la equidad de género, fueran capaces de honrar experiencias individuales y abrir nuevos espacios de transformación individual y colectiva.
Decidimos entonces, a partir de la figura del colibrí, un animalito muy importante dentro de la cosmovisión mesoamericana. El colibrí es más corazón que cuerpo. Y lleva en su pequeño pico las semillas y el agua necesaria para florecer. El colibrí nos recuerda que el cambio puede parecer pequeño e insuficiente, pero que si viene del corazón, se esparce rápido. Nos inspiramos. Como el fuego.
Nuestro colibrí se llama Yutsil, que significa ternura en lengua maya tsotsil. Y ese es también el nombre que decidimos colectivamente para nuestra caja de herramientas: “la ternura como horizonte”. Le nombramos así porque es la ternura la que nos guía. Nuestras ganas de conectar con otros, de sanar con otros, de aprender con otros, de equivocarnos con otros, de reconocernos en los otros. Sin juzgar ni sentirnos juzgados.
Buscamos a partir del reconocimiento de los “otros” para crear un “nosotros”. Un sentido de comunidad. De meta compartida.
Después, pensamos en lo que hemos aprendido en estos cuatro años caminando juntos y nos dimos cuenta de que ya habíamos desarrollado un modelo de acompañamiento, muy sencillo pero a la vez muy poderoso: nuestro modelo de “las 3 R”.
Nuestra primera R es el Reconocimiento. Y tiene que ver con reconocer lo que nos duele, con el recuperar nuestra memoria de dolor y de violencia, pero también de amor y de esperanza. En este primer momento, buscamos identificar dinámicas y patrones que hemos aprendido, reconociendo sus impactos negativos en nuestras vidas. Buscamos entender como aprendimos a ser hombres, y lo que queremos cambiar y desaprender para ser mejores. Aprendemos a identificar las violencias que recibimos, las que reproducimos y las que normalizamos por el simple hecho de ser hombres. Este es un proceso que puede ser difícil, pero nos permite romper ciclos y transformarnos. Sanar.
Nuestra segunda R es el Relacionar. Y aquí buscamos comprender cómo estas dudas, vacíos y violencias que cargamos no los sentimientos sólo nosotros. Que no estamos solos o hay algo mal con nosotros cada vez que nos equivocamos. Así, comprendemos que la masculinidad patriarcal es un modelo fuertemente arraigado al interior de nuestras familias, sociedades, leyes e instituciones. Algo que esta presente y que nos guía prácticamente desde el momento en el que nacemos. Y que cambiar nosotros pasa también por cuestionar estos modelos sociales y culturales que nos premian cada vez que replicamos un modelo único y violento de masculinidad, y que nos castigan cada vez que intentamos cambiar.
Comprendemos que la masculinidad nos afecta a todas ya todos, y que, por tanto, debemos trabajar juntxs para cambiar aquellos sistemas que promueven el sufrimiento y la injusticia.
Y finalmente, nuestra última R es Revolucionario. No solo hablar de lo que queremos cambiar, sino hacerlo. Practicar una masculinidad sana todos los días. Intencionar el cambio. Cuidando la naturaleza, hablando con nuestros padres y abuelos, pidiendo y ofreciendo ayuda, colaborando en labores de cuidado. Conectando el ser hombre con una búsqueda incesante por la preservación de la vida. Recuperando nuestra humanidad.
Al principio va a costar trabajo, pero estamos para apoyarnos y sostenernos. La idea de este último paso es identificar cómo queremos cambiar e ir caminando, paso a pasito. Transformando. Y transformando a nuestras familias y comunidades.
Dialogando y reflexionando en colectivo.
A lo largo de esta caja, encontrarás ejercicios que nuestras organizaciones han construido con mucho amor, y que permiten ampliar nuestro rango emocional, fortalecer nuestras capacidades artísticas y de expresión e invitar a otros a cambiar. Todo desde la diversión, la imaginación y la creación colectiva.
No es una guía o un manual, ya que no creemos en soluciones mágicas. Es, por el contrario, una invitación a otros niños y jóvenes para que se liberen y sean más auténticos y felices. A que enriquecerán su vida y sus vínculos. Les invitamos a leerla, inspirarse, intentarlo, equivocarse e intentarlo otra vez. Adaptarla y tomar lo que les funcione.
Buscamos inspirar nuevas ideas y nuevos sueños. Es un proceso abierto. Un punto de partida y no de llegada.
Gracias a todas las personas involucradas en este proceso, que se sienten como un abrazo colectivo. Estamos aquí para acompañarles si es que tienen dudas y no saben cómo empezar. La ayuda siempre estará disponible para aquellos que trabajan desde el corazón.
Por qué la ternura es nuestro horizonte.
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