
(RE)encuentros: Ecos de la lucha por la justicia de género en Mesoamérica y África.
Nota del editor: Esta publicación también está disponible en inglés.
“Mi humanidad está ligada a la tuya, porque sólo podemos ser humanos juntos.”– Desmond Tutu
La violencia y dominación que han sido perpetradas contra los pueblos e identidades de los sures globales nos han tratado de convertir en perfectos extraños, en alienígenas que se seguirán ignorando (y quizá violentando) hasta que logremos vencer las barreras que se nos construyeron y volvamos a habitar la comunidad, los vínculos y nuestras realidades compartidas.
1. Asociación SERniña
Fundada en 2015, trabaja con distintas comunidades de Sacatepéquez, Guatemala, acompañando niñas, niños y juventudes para descubrir su “verdadero ser” a través de una identidad auténtica, que reconoce y celebra las habilidades, el pensamiento crítico, el amor espiritual y corporal, y la confianza que necesitan para tomar decisiones informadas y convertirse en agentes de cambio positivo en sus vidas y comunidades.
SERniña es un sueño, un fogón de esperanza y una comunidad maravillosa. Me considero un hombre joven que encontró un espacio honesto y motivador para entenderme desde otra mirada y caminar hacia quien verdaderamente quiero ser.
2. Por una masculinidad sana: nuestro trabajo con niños y jóvenes
Los impactos negativos de la masculinidad hegemónica y colonial provocan que, desde su nacimiento, los niños y jóvenes sean forzados a vivir en un ecosistema marcado por la violencia. Los estereotipos de la masculinidad generan heridas profundas con impactos negativos concretos y duraderos en la realidad de estos niños, sus familias y comunidades: drogadicción, depresión, violencia de género, discriminación, etc. Esto les anula toda posibilidad de construir y concebirse en comunidad, vinculados a la red cósmica de interdependencia y cuidado de la vida. La masculinidad hegemónica mata y aísla.
El trabajo de sensibilización en temas de género, colonialismo y explotación con niños y hombres jóvenes en SERniña inició guiado por ellos mismos, quienes nos enseñaron a escuchar antes de indicar un camino a seguir. Ellos tienen claro lo que necesitan para construir un ser auténtico, libre y placentero. Por esto, considero el trabajo de SERniña un “hacer comunidad y caminar con los niños”, no un “formar/ayudar al niño”.
Una de las experiencias más fortalecedoras en este caminar ha sido la creación del “Laboratorio de Masculinidades Jóvenes”, nacido en el año 2022 con apoyo de GFC. Queríamos que los niños y adolescentes con quienes ya habíamos trabajado antes en formación y sensibilización, tuvieran una nueva plataforma para cuestionarse y contribuir a la sanación de sus familias y comunidades. Que pudieran hablar con otros niños y jóvenes para compartir los retos y los enormes beneficios de adoptar masculinidades basadas en el respeto, el amor y la responsabilidad compartida.
A esos primeros jóvenes que aceptaron el gran reto de convertirse en traidores del patriarcado y abrazar la vida, el placer y la plenitud como horizontes políticos: gracias por acompañarme en mi proceso, porque juntos hemos logrado hacer comunidad y combatir la violencia con alegría y creatividad.

3. El encuentro “Masculinidades Sanas” en Sierra Leona
De esta experiencia y fruto de 3 años de trabajo compartido dentro de la Iniciativa HEEL de promoción de masculinidades sanas, fui invitado por GFC a viajar a Sierra Leona para participar en el “Healthy Masculinities Convening” coorganizado por el equipo de África y los socios de la Iniciativa SAL-LIB de prevención de la violencia de género, implementado en Liberia y Sierra Leona desde 2021.
Nunca había viajado fuera de Centroamérica hasta este encuentro, nunca había visto una playa de arena blanca ni confirmado que no me gusta volar y que soy la persona más friolenta que ha existido.
Fui incluido en las jornadas de planificación del encuentro aportando desde la experiencia orgánica y auténtica del trabajo de SERniña y las maravillosas actividades que el equipo ha diseñado desde y para las infancias. Desde la metodología de la educación popular, las niñas, niños y jóvenes participantes fueron invitados a crear papalotes, muy importantes en la cultura guatemalteca por representar nuestro vínculo con los antepasados, a reflexionar sobre sus vidas para identificar violencias que damos y recibimos, y buscar formas de erradicarlas. Jugamos, reflexionamos, nos atrevimos a ser vulnerables. Nos reconocimos en lo que nos duele, pero también en nuestros sueños y esperanzas.
Mas que un análisis o reseña de actividades, quiero compartir que lo poderoso y transformador de este encuentro fue la posibilidad y el asombro de encontrarnos, vernos, escucharnos, entendernos, acuerparnos, aliviarnos desde la ternura y darnos cuenta de que no somos extraños, sólo hemos pasado mucho tiempo sin la oportunidad de confluir y fortalecernos desde nuestros territorios. Nuestros dolores y esperanzas nos hermanan.
Recuerdo a Jabbi, de la organización sierraleonesa Case-Salone, cuidándonos de la manera más amorosa y atenta desde que bajamos del avión en Bureh Beach, y cómo le imploramos descansar y relajarse sin preocuparse por nosotros. Al “professor Mattia” y su elocuencia monumental para hablar. A Mustapha quien nos dio la bienvenida danzando y cantando, nos obsequió hermosa ropa tradicional de Sierra Leona y curó mi garganta. A Ibrahim y su cátedra sobre el colonialismo africano, el sueño de la unificación africana y las similitudes entre Guatemala y Sierra Leona mientras me compartía arroz tostado servido en un cucurucho de hoja de cuaderno en un bus rumbo a Bo.
Y así, cada palabra, sentir, sonrisa, colores, barriletes, celebraciones y juegos me parecen el centro de lo que logramos construir. Mi siempre querida “Kasseh Bureh Healthy Community”, una nueva y hermosa comunidad de apoyo que seguirá a pesar de la distancia.

4. Resonancias, (re) encuentros y sentipensares del encuentro
Como individuos militantes de diversas causas y habitantes de múltiples territorios, necesitamos cada vez más el encuentro, el aprendizaje y el diálogo como sures, siendo personas racializadas, territorios colonizados, hombres y mujeres luchando contra el régimen del género y la imposición. Las organizaciones sociales de diversos territorios debemos observar la articulación y el intercambio como un medio para nuestra mutua y colectiva liberación. Por ello, celebro de sobremanera la mirada con la que GFC ha construido comunidades desde la confianza, no desde la imposición o la búsqueda de metas irreales sostenidas en números y no personas.
La justicia de género no se alcanzará de forma aislada, sino de manera interseccional mientras seamos capaces de reconstruir el tejido de la vida reconociéndonos en lo individual y, mucho más importante, desde lo colectivo. La justicia de género debe ser anticolonial, anticapitalista y evidentemente antipatriarcal, debe derrotar al adultocentrismo y guiarse por la sabiduría de las infancias y las juventudes.
Una vez escuché que un buen líder es aquel que deja a otros que lo harán mejor, y vivo mi militancia pensando que mi misión tiene que ver con lo que pueda compartir con las personas que me voy encontrando en mi camino. Considero justo tomar el conocimiento y repartirlo como ave que derrama semillas por el camino, como me lo instruye el abuelo Tz´ikin desde mi nacimiento.
Seguiré agradeciendo todos los días la vida, la lucha, el trabajo y los amores.
Gracias vida, gracias SERniña, gracias GFC.
