Educação, Poder da juventude

APIC UTOPÍA: 7 años construyendo sueños


Por Rodrigo Barraza García

Nota del editor: esta publicación también está disponible en inglés.

Ella está en el horizonte.
Yo me acerco dos pasos y ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar.

– Eduardo Galeano

APIC UTOPÍA se constituyó legalmente hace 7 años, pero nuestra historia comienza muchos años atrás. Es una apuesta de vida.

En el año 2000, un grupo de amigos viajamos a Chiapas, México. Queríamos conocer las comunidades indígenas. Inspirarnos con sus historias de resistencia, organización y esperanza.

Aprendimos tantas cosas…

Aprendimos que, si uno está dispuesto a escuchar, aparecen muchas voces, grandes y pequeñas, que aportan ideas y sueños para cambiar el mundo.

Aprendimos también que las voces de las niñas y los niños son ecos de esperanza que te dan fuerza y te señalan el camino cuando te sientes perdido. Solo hay que dejarse sorprender.

Aprendimos que, si se trabaja en colectivo, nunca se deja de aprender.

Las niñas y niños indígenas nos dijeron: “saben que aquí siempre serán bienvenidos, pero, si quieren construir un mundo mejor, deben comenzar en su comunidad, en su casa, en ustedes mismos. Vayan y compartan lo que aprendieron. Su gente los necesita”

Y así lo hicimos.

Volvimos a nuestra casa, en el Estado de México, una de las zonas más violentas del país, con más de 3 millones de niñas y niños condenados a la pobreza. A matar o morir. A sobrevivir.

Para estas niñas, niños y jóvenes, soñar está prohibido. La pobreza y la marginación son un ciclo, una herencia, una maldición. No existe la paz, porque no existe la justicia.

[image_caption caption=”Entrada a Chimalhuacán, México. © GFC” float=””]

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Comenzamos a preguntar, a observar, a escuchar. Nos hablaron de Chimalhuacán. De las niñas y los niños viviendo entre cerros de basura. Trabajando en tiraderos desde los 5 años. Ganando 80 pesos por día para apoyar a su familia. “Aquí nací y aquí me voy a morir” nos decían.

Escuchamos sus historias. Se dieron cuenta que tenían derecho a contarla. Que, trabajando juntas y juntos, eran capaces incluso de recuperarla. De escribir una historia distinta. Hecha de sueños. De juegos. De utopías.

Mucha gente se río de nosotros. “Pierden su tiempo”, “no van a poder hacer nada”, “la gente no escucha”, “son peligrosos”, “son desconfiados”. Aun así, seguimos caminando. No dejamos que el miedo nos paralizará.

En 2013 nos convertimos en una Asociación Civil, y decidimos iniciar un proyecto a largo plazo: queríamos construir comunidades de paz, con las y los niños liderando el camino. Ofrecimos formación educativa y la enseñanza de artes marciales para promover valores, incentivar el trabajo en equipo y fortalecer la autoestima.

El deporte inspira y motiva, promueve la salud mental y física, permite la inclusión social y conecta individuos y comunidades. Te hace sentir poderoso. Te permite soñar y construir la paz. Y eso era justamente lo que queríamos.

Hicimos una reunión con los padres de familia. Estaban desconfiados, nerviosos. “Ya hemos escuchado antes ese cuento” nos dijeron.

Los que siempre escucharon, los que siempre creyeron en nosotros, desde un principio, fueron las niñas y los niños.

Fijamos una fecha, una hora y un lugar para nuestro primer encuentro. No teníamos una oficina o un lugar físico, así que quedamos de vernos a la sombra de un enorme árbol que se encuentra a la entrada del basurero.

¡Catástrofe! Aún no conocíamos bien el lugar y nos perdimos. Llegamos con una hora de retraso. Estábamos, molestos, frustrados, con ganas de llorar.

Nunca se me va a olvidar. Algo mágico…

Llegamos y ahí estaban. Esperándonos. No los adultos, las y los niños. Con caras sonrientes. Impacientes. Con ganas de creer. Llenos de sueños y esperanzas. Apenas nos vieron comenzaron a gritar ¡YA LLEGARON! ¡YA LLEGARON!

[image_caption caption=”Durante una clase de deporte, una niña sonríe para la camera. © GFC” float=””]

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Recuerdo ese día hace 7 años como si hubiera sido ayer. Aún se me hace un nudo en la garganta. En ese momento supimos que estábamos en casa. Que todo valdría la pena. Que el sueño se haría realidad.
Muchas de esas niñas y niños que acudieron ese primer día ahora son promotores comunitarios, inspirando a otros jóvenes, aportando sus fuerzas y conocimientos para mejorar sus familias y comunidades. Varios de ellos han obtenido becas y han logrado terminar la universidad. Han logrado construir su propia historia sin olvidarse de dónde vienen. Y ahora son agentes de cambio.

Hoy tenemos dos centros comunitarios de formación integral para la paz. Y hemos obtenido varios reconocimientos internacionales. Aun así, cada semana seguimos encontrándonos en ese árbol, con las mismas fuerzas y las mismas ganas. Aún nos siguen esperando.

No hemos caminado solos. El Fondo Global para la Niñez creyó en nosotros cuando apenas éramos un sueño. Con financiamiento flexible y fortalecimiento de capacidades, nos permitió convertir nuestra utopía en una realidad cotidiana. Hemos crecido juntos y ahora son y serán siempre parte de la familia APIC UTOPÍA.

Han sido 7 años de andar en marcha hacia la utopía, de muchas frustraciones, de sentirte solo contra el mundo, de pensar que no estamos llegando a ningún lado, pero también de fuerza, de experiencias gratas, de encontrar en el camino a personas y organizaciones que nos llenan de aliento, de encontrar en la mirada de la infancia, algo que no se compra ni se vende en ningún lado, ESPERANZA.

And here we continue. Eternal apprentices, eternal dreamers. With many steps ahead.Y acá seguimos. Eternos aprendices, eternos soñadores. Con muchos pasos por delante.

Esto es solo el principio.

Somos UTOPÍA.

 


 

Alianza para la Integración Comunitaria UTOPIA A.C. (APIC UTOPIA) promueve una infancia saludable para niñas, niños y jóvenes en el Estado de México y sus alrededores a través de actividades académicas, deportivas y extracurriculares que mejoran el desempeño educativo, el bienestar y las oportunidades de éxito de las y los participantes.

GFC apoya los talleres semanales de alfabetización y matemáticas de APIC UTOPIA para niñas, niños y jóvenes de entornos desfavorecidos y comunidades de recolección de basura, así como actividades deportivas complementarias y talleres de desarrollo personal sobre temas como violencia, autoestima y diálogo intrafamiliar.

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