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Daniela Martínez, Gerente de Programas para las Américas de GFC, reflexiona sobre un festival al que asistió recientemente en Guatemala para celebrar el trabajo de la Organización Sololateca, socio de GFC.

El día es fresco pero soleado en Nahualá, Guatemala, cuando entro al gimnasio municipal, que está decorado con serpentinas de tela de colores y un majestuoso arco de globos.

“Estos son los colores de nuestra organización”, dice orgullosa Gladis Tambriz, coordinadora de Organización Sololateca, una de las organizaciones asociadas del Fondo Mundial para la Infancia en Iniciativa de la Asociación para Educar a Todos los Niños (PEAK), que busca apoyar y fortalecer las capacidades de las organizaciones comunitarias que fomentan el aprendizaje y el desarrollo integral de los niños en edad escolar.

[image_caption caption=”El gimnasio municipal de Nahualá engalanado para las fiestas 2022. © GFC” float=””]

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Inmediatamente, un grupo de pequeños me rodea y me bombardea con preguntas. “¿Cómo te llamas? ¿De dónde eres? ¿Qué edad tienes?” Su actitud poderosa y sin miedo me inspira, especialmente considerando la discriminación y represión sistémica que los pueblos indígenas enfrentan con demasiada frecuencia, resultado de una historia colonial.

Poco a poco, el gimnasio se va llenando con más de 300 comuneros de Chuanihualá, Chuisuc, Palanquix Tambrizab, Patzité y Quiacasiguan. De pronto, se escuchan gritos, silbatos y tambores. La banda escolar del Instituto Nacional de Educación Básica (INEB) de Nahuala entra triunfante para tocar un ritmo enérgico y alegre. Ya dio inicio el festival Sololateca 2022, cuyo objetivo es celebrar el trabajo que la organización realiza con más de 150 niños, jóvenes y madres de familia en estas cinco comunidades.

[image_caption caption=”La banda escolar del INEB entra al gimnasio para inaugurar el festival. © GFC” float=””]

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Con sus actividades dinámicas y lúdicas, la organización se ha convertido en un agente local de cambio en materia de derechos de la niñez, autoestima, prevención de la violencia y migración.

Según Liza Guarchaj, una de las integrantes del equipo de Sololateca, “antes los niños ni siquiera querían decir su nombre. Ahora, a través de la danza, el arte y la música, se les anima a participar e incluso a aportar sus ideas. Son más creativos y dinámicos”. Agrega que las participantes del programa también han adquirido información vital sobre salud y derechos sexuales y reproductivos, lo que ha provocado cambios de actitud. “Las niñas, adolescentes y madres solían pensar que era un pecado decidir cuántos hijos tener”, dice Liza. “Ahora saben que es un derecho humano”.

La participación de Sololateca en la iniciativa PEAK, que fomenta una Enfoque de aprendizaje basado en el juego, ha motivado a la organización a diversificar sus metodologías de enseñanza. El personal incluso ha experimentado con la danza del vientre, lo que ha servido para empoderar y fortalecer la autoestima de las niñas.

Keyli, una participante de 10 años, comparte su historia. “Antes de conocer Sololateca, era muy tímida”, comenta. “No me gustaba participar en las diferentes actividades de mi escuela porque me sentía fea. Bailar siempre ha sido mi sueño, pero solo bailaba en casa cuando no había nadie. Un día, la señora Gladis nos sorprendió en el taller de autocuidado con la danza del vientre, lo que me hizo sentir bella y empoderada y me hizo amar mi cuerpo. Ahora puedo decir que encontré el baile de mis sueños, donde me siento 100% segura de mí misma”.

[image_caption caption=”Los niños hacen fila para participar en una carrera de sacos. © GFC” float=””]

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El festival continúa con presentaciones sobre el tema de la violencia física, un concurso de oratoria, presentaciones musicales y danzas modernas y ancestrales.

Sobre esta última actividad, Liza comenta: “Se está perdiendo la riqueza cultural de los trajes, bailes y accesorios tradicionales y a través de estas actividades queremos recuperarlos”.

Un juego de carreras de sacos se convierte en un frenesí mientras los niños corren para ponerse en fila y seguir dando vueltas, disfrutando de este momento de juego.

Me fijo en las imágenes que adornan las paredes del gimnasio. Fueron realizadas por quienes participaron en un concurso de dibujo para representar temas de autoestima, liderazgo y violencia de género. Estas imágenes crudas representan una manera sencilla y empoderada de mirar el mundo. “La diversidad de ramas artísticas permite que los niños exploren sus diferentes talentos”, explica Gladis. “A algunos les resulta más fácil dibujar; otros prefieren hablar o bailar”.

[image_caption caption=”Dibujos de las concursantes que representan liderazgo y escenas de violencia de género. © GFC” float=””]

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A medida que el festival se acerca a su fin, un grupo de niños se queda atrás, disfrutando de la música. Me levanto para unirme a ellos. Y así, entre gritos, sonrisas y risas, el aprendizaje lúdico cruza géneros, edades, idiomas, fronteras y realidades socioeconómicas.

Al final del día, el festival Sololateca sirve como un recordatorio importante de cómo las organizaciones locales están en una posición única para comprender las necesidades de sus comunidades y satisfacer creativamente esas necesidades mientras apoyan el aprendizaje y el desarrollo integral de los niños.

La iniciativa PEAK, apoyada por La Fundación LEGO, ayuda a los niños a acceder y prosperar en entornos de aprendizaje que los preparan para el éxito futuro. Con motivo del primer aniversario de la iniciativa PEAK, GFC destaca el trabajo de algunos de los socios de PEAK que están empleando formas innovadoras de hacer que la educación sea más divertida y atractiva para los niños que sufrieron pérdidas académicas en el punto álgido de la pandemia.

Foto de encabezado: Gladis, coordinadora de Sololateca, dirige a los niños en un baile como parte del festival Sololateca 2022. © GFC