Educación, poder juvenil

Aprendiendo a cantar de nuevo


Por Rodrigo Barraza García

Nota del editor: Esta publicación también está disponible en ingles.

Rodrigo Barraza, codirector para las Américas de GFC, comparte lo que aprendió en una reciente visita a Músicas de la Tierra, uno de los socios de la iniciativa Alianza para educar a todos los niños (PEAK), patrocinada por La Fundación LEGO, que promueve el aprendizaje a través del juego.

Amanece en Popayán, Colombia. La ciudad es hermosa. Toda pintada de blanco.

A pesar de su belleza, de su alegría, de la bondad de su gente, la historia de la ciudad también está marcada por el dolor y la tristeza.

Popayán es capital del Departamento del Cauca, uno de los sitios más lastimados por el conflicto armado, el cual ha involucrado a grupos guerrilleros y grupos paramilitares. Hasta el día de hoy, los estragos de la violencia se sienten de manera profunda, limitando todos los días las oportunidades de millas de niñas, niños y jóvenes.

[image_caption caption=”Visita de campo a Silvia, Cauca con Gina y Wesley, coordinadores de Músicas de la Tierra. © GFC” flotador =””]

A group of people posing for a selfie

[/caption de imagen]

Después de un breve desayuno, Wesley Chavaco y Gina Apráez pasan por mi colega Nayara y por mí. Ellos son los coordinadores de la Corporación Músicas de la Tierra, una escuela de música itinerante dirigida a niños y jóvenes del Cauca que utiliza el juego y el arte para promover la creatividad, la colaboración y la recuperación de la memoria indígena. Música y juego para sanar, para reparar el tejido comunitario.

Nos dirigimos a Villanueva, una comunidad rural situada a una hora y media de Popayán. Llegamos a las canchas de baloncesto de la única escuela que existe. Y ya nos están esperando.

Son aproximadamente 50 niñas, niños y jóvenes, todos acompañados de sus familias. Se emocionarán al vernos llegar. Observa cómo sus caras se iluminan y me doy cuenta del poder que tienen el juego y el arte para transformar vidas. Para construir esperanza.

Jugamos, bailamos, les platico un poco de México y me preguntan si es verdad que toda la comida de mi país es picante.

De repente, se ponen serios. Viene la mejor parte. La sorpresa.

Durante varios meses, Músicas de la Tierra ha trabajado para conformar una orquesta infantil y juvenil en Villanueva. Utilizando instrumentos indígenas como la chirimía, la flauta carrizo y el tambor, las niñeces y juventudes han aprendido a tocar canciones tradicionales de Colombia. Canciones que hablan de dolor y esperanza. Que les hacen reconocer y amar su tierra. Hablar con sus ancestras y ancestros. Defender y recrear la memoria.

Conocemos la historia de Jesús, quien a raíz de la pandemia tuvo que abandonar la comunidad para apoyar a su familia y se dedicó a enseñar música a otros niños y jóvenes. Gracias a la música, encontré un camino para desarrollarse e inspirar a otros. Se convirtió en un maestro.

Al terminar el espectáculo, nos acercamos a la orquesta. Nos enseñarán a tocar el tambor, a mantener el ritmo. La clave está en decir “papa con yuca”, “papa con yuca” y así, además de tocar de manera adecuada, nombramos y honramos dos alimentos muy importantes que aún forman parte de la memoria histórica y nutricional del Departamento.

[image_caption caption=”Orquesta Juvenil de Villanueva. © Músicas de la Tierra” float=””]

Villanueva's Youth Orchestra - children playing drums and other instruments

[/caption de imagen]

Nos despedimos con tristeza. Prometemos volver y ellos prometen seguir practicando y aprender nuevas canciones. Aprender música para ellos es descubrir quiénes son. Cuáles son sus sueños y en que se quieren convertir.

Vuelvo al hotel, con lágrimas de felicidad en los ojos. Y recuerdo.

Regreso a mi niñez y escuchó esas palabras que tanto me afectaron, que me silenciaron por mucho tiempo: deja de cantar, no sabes, cantas muy feo.

Pienso en los niños de Villanueva y encuentro el coraje que necesito. De manera orgánica, natural, comienzan a surgir las notas por mi garganta. Cómo olas.

Comienzo a cantar de nuevo.

Y no me importa si lo hago bien o mal. Si estoy desafinado. Si mi técnica es la correcta.

Canto para ser yo, para ser libre, para conectar con mis emociones. Para recordar quién soy.

Igual que los niños de Villanueva.

Hace mucho tiempo que no recibía un regalo tan grande. El regalo de volver a creer.

Gracias, pequeños maestros.

 


 

Global Fund for Children apoya a organizaciones locales en Centro y Sudamérica, África subsahariana y el sur de Asia para ofrecer oportunidades educativas integrales y de calidad a niñas, niños y jóvenes de comunidades marginadas y afectados por la pandemia provocada por el COVID-19. la iniciativa Alianza para educar a todos los niños (PEAK), patrocinada por La Fundación LEGO, fomenta el aprendizaje desde la música, el juego y el arte, y promueve redes colaborativas que permiten a organizaciones comunitarias conectar, intercambiar aprendizajes y compartir innovaciones.

Trabajando en comunidades rurales de Popayán, Colombia, Músicas de la Tierra inspira a los jóvenes a través de una educación musical lúdica que amplía sus horizontes y los empodera para enfrentar los desafíos de la vida con creatividad y fuertes raíces culturales.

Primera foto: Taller de música y juego facilitado por el equipo de Músicas de la Tierra en Villanueva, Cauca. © Músicas de la Tierra

Más historias como ésta

Cerca

Cerca

Mantente conectado con nuestro trabajo

"*" indica campos obligatorios

Optar por participar*

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican las políticas de privacidad de Google. política de privacidad y Condiciones de servicio aplicar.

Este campo es un campo de validación y debe quedar sin cambios.