No más excusas: la participación infantil y juvenil es el futuro de la filantropía
Mientras los países de todo el mundo se enfrentan a problemas de racismo, sostenibilidad y democracia, los jóvenes están a la vanguardia del cambio para crear un mundo más equitativo, justo y pacífico. Sin embargo, las iniciativas de cambio social y los movimientos de justicia –y las organizaciones filantrópicas que los financian– con demasiada frecuencia consideran a los niños y jóvenes sólo como beneficiarios, y los involucran simbólicamente, si es que lo hacen. Son aún menos los financiadores que proporcionan recursos directamente a organizaciones, activistas y movimientos dirigidos por jóvenes y adolescentes. Estas dinámicas no sólo alejan a los jóvenes y socavan la confianza y la capacidad de las generaciones futuras, sino que también impiden nuestros objetivos al no incluir a los más afectados por los problemas que estamos tratando de abordar. Aproximadamente el cuarenta por ciento de la población mundial tiene menos de 24 años.
¿Cómo pueden la filantropía y la sociedad civil construir el mundo futuro que queremos sin centrarse en las personas que vivirán en él?