Justicia de género, poder juvenil

Los jóvenes son el presente, no el futuro


Por Marco Antonio Blanco

Esta historia fue publicada originalmente en la revista Alliance.

En el Fondo Mundial para la Infancia (Crisis financiera mundial), nuestro trabajo está diseñado para beneficiar, empoderar y proteger a los niños y jóvenes de todo el mundo, y un porcentaje considerable del trabajo de progreso social comparte el mismo objetivo. Para ello, es fundamental que las ONG, las OING, las fundaciones y los activistas sociales comprendan mejor las necesidades, las opiniones y los contextos de los niños y los jóvenes. También necesitamos comprender mejor cómo los niños y los jóvenes ya se están organizando y movilizando acciones para mejorar sus propias vidas y comunidades.

Sin embargo, la realidad es que el sector social no se está moviendo con la suficiente rapidez para incluir a los niños y jóvenes en sus programas, ya sea en la fase de diseño, en los procesos de toma de decisiones o después de la implementación. La participación de los jóvenes no es sólo una cuestión de pertinencia programática, ni debería ser un esfuerzo simbólico. Es fundamental apoyar a los niños y jóvenes (y a veces hacernos a un lado) porque muchos de ellos ya son agentes de cambio dentro de sus comunidades.

La semana pasada, el Infancia, género y juventud en movimiento La conferencia en Tijuana, México, brindó más información a los financiadores cuyo trabajo apoya el liderazgo juvenil. En una sesión sobre la estrategia de promoción de la juventud, dos activistas sociales y juveniles, Melissa Rabanales, (Agencia Ocote) y Monseratt Angulo (Colectivo ReverdeSer) compartió algunas de las barreras que siguen obstaculizando la participación de los jóvenes en el progreso social. A continuación, cuatro reflexiones que me llevé:

1. Los jóvenes no son el futuro, son el presente.

Ya no podemos seguir promoviendo el cliché de que los jóvenes representan a los líderes o trabajadores del futuro. En realidad, los jóvenes están arriesgando sus vidas y su seguridad como líderes sociales al denunciar las injusticias y la corrupción en todo el mundo, donde la mayoría de los adultos siguen siendo la mayoría silenciosa. En lugares como México, Guatemala y Nicaragua, los estudiantes universitarios han sido la fuerza impulsora para criticar la corrupción sistémica, la desigualdad y la perniciosa disolución de la democracia. Esto no solo está sucediendo en los espacios digitales; están llevando su compromiso y coraje a las calles y los lugares públicos. Muchos grupos liderados por jóvenes se han visto obligados a exiliarse de sus propios gobiernos, lejos de sus familias y con su futuro en suspenso indefinidamente. Esta generación no es apática; los jóvenes de hoy son uno de los grupos políticamente más activos. Nuestras realidades presentes y futuras dependen de ellos.

2. Adultocentrismo Es un problema estructural en todo el mundo..

El adultocentrismo se refiere a una relación de poder asimétrica entre adultos y jóvenes, en la que el primer grupo es visto como superior y con más autoridad que el segundo en términos de conocimiento, experiencia y comprensión. En mi experiencia en GFC, el adultocentrismo es un fenómeno global que existe en la mayoría de las culturas laborales del mundo, no solo en América Latina.

Tampoco podemos seguir pensando en el adultocentrismo como un concepto binario, en el que o bien... son o no son Somos culpables de adultocentrismo. Tenemos que verlo como una escala. Deberíamos reflexionar sobre cómo continuamos perpetuando el adulcentrismo a través de nuestras prácticas diarias. En el evento, hubo más de 120 activistas que representaban a 75 organizaciones reunidas en Tijuana, México. Esto fue una gran hazaña para los niños y jóvenes migrantes; sin embargo, es bastante revelador que menos de 8 personas participaron en la sesión sobre promoción de la juventud. Todos tenemos un largo camino por recorrer.

3. Las organizaciones deben buscar la retroalimentación de los jóvenes y actuar en consecuencia.

En primer lugar, ¿tiene su organización prácticas y sistemas establecidos para recopilar comentarios de los niños y jóvenes a los que sus programas están diseñados para servir? En segundo lugar, ¿qué está haciendo con esos comentarios? ¿Los está integrando en la programación de su organización? Esto significa que su organización no solo está pidiendo a los niños y jóvenes que compartan sus experiencias y opiniones, sino que también está encontrando formas de integrar sus comentarios en los procesos de toma de decisiones. Mejor aún, las organizaciones deberían aspirar a crear sistemas en los que los niños y los jóvenes se sienten a la misma mesa y participen activamente cuando se toman decisiones clave. Algunas organizaciones y fundaciones están comenzando a dar pasos concretos hacia esta área en gran parte inexplorada, pero todos debemos convertirla en una prioridad colectiva.

4. Los jóvenes necesitan una comprensión más profunda y más apoyo. 

Las fundaciones, los donantes y las ONG deben comprender mejor cómo se organizan los jóvenes, qué herramientas utilizan y las oportunidades y formas de resistencia a las que tienen acceso. ¿Cómo podemos, desde centros globales, apoyar su pasión orgánica y comprometida por la justicia social? ¿Y cuándo debemos hacernos a un lado para que puedan seguir haciendo el gran trabajo que hacen, en el que muchos han arriesgado su seguridad y sus vidas por valores y verdades fundamentales para nuestra sociedad? Por mi propia experiencia, puedo decirles lo difícil que es encontrar apoyo financiero para los grupos dirigidos por jóvenes. En todo el mundo, los espacios cívicos se están reduciendo, pero esto no está disuadiendo el activismo juvenil y deberíamos encontrar formas de apoyar mejor sus esfuerzos. Necesitan apoyo médico, ayuda humanitaria, refugio, apoyo psicosocial y financiación. Gran parte de los grupos dirigidos por jóvenes obtienen recursos y financiación de donantes individuales de su comunidad, que a menudo tienen miedo de ser asociados públicamente con grupos dirigidos por jóvenes y, en consecuencia, ser objeto de ataques por parte de gobiernos represivos. Otra barrera crítica es que el sector social se está centrando excesivamente en modelos basados en evidencia con teorías claras de cambio y marcos de resultados, lo cual no es aplicable a muchos de los grupos liderados por jóvenes que están empezando.

Los dejo aquí con estas cuatro reflexiones y los animo a continuar la conversación sobre cómo podemos transferir el poder a los jóvenes en el sector social.

La foto del encabezado fue tomada en la reunión Género, Niñez y Juventud en Movimiento. Fotografía © Jeff Valenzeula.

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